… y resulta que no era para tanto!!!
Es la primera vez que escribo aquí. Veréis, desde los 6 años aproximadamente viví constantes burlas y comentarios sarcásticos de mi familia (padres y hermano) por, cómo no, ser una niña gorda. Nuestra médico de cabecera también contribuía al tono de burla general con comentarios como «pero qué gordocha está esta niña» nada más quitarme el jersey para auscultarme por toses o complicaciones que seguramente poco tendrían que ver con tener sobrepeso. A los 12 años, mis padres volvieron a llevarme a esta médico porque, según ellos, estaba enorme y en cualquier momento empezaría a tener complicaciones de salud que podrían acabar en cualquier cosa, incluso morirme. La médico encantada, claro; reconozco sin embargo que la dieta que me puso era totalmente razonable (básicamente comer de forma más sana: sustituir patatas fritas por ensalada, bollos por fruta o yogur, etc.) y que funcionó bien. En mi vida adulta nunca he vuelto a tener problemas de sobrepeso: ahora llevo una 38 aunque en otras épocas he tenido hasta una 42.
Hace poco, mirando con mi pareja fotos mías de niña, pues va él y me dice: «Pues la verdad es que no era para tanto». Y lo cierto es que no pude más que darle la razón, me miré todas las fotos que tengo desde los 6 años a los 12 y lo que se ve es una niña rellenita, sí, probablemente con algún kilo de más y, sobre todo, ancha de hombros y con una pubertad bastante temprana (vamos, que a los 10 u 11 años ya casi tenía cuerpo de mujer, y abultaba el doble al lado de niñas muy delgaditas con cuerpo todavía de niña, pero eso es todo. Hasta me acuerdo de mi altura y peso el día que empecé la dieta: 1,60 y 63 kg; delgada no estaba, desde luego, pero tampoco obesa!
Obviamente las burlas y comentarios sarcásticos son inaceptables en cualquier caso, ya haya sobrepeso real o no (y este foro me ha ayudado bastante a descubrir lo destructivos que son estos comportamientos, muchas veces enmascarados bajo el lema «es por tu bien»). El tema es que ahora me siento como si gran parte de mi infancia hubiese estado basada en una mentira, la de que yo era la niña trabajadora, estudiosa, con iniciativa, con buen comportamiento en general, PERO GORDA, como si esto fuese una afrenta imperdonable que hubiese cometido contra mis padres y lo mejor que pudiese hacer (aparte de adelgazar, claro) fuese soportar sin defenderme todas las burlas y los sarcasmos. (Curiosamente, fuera de mi familia, pocas veces recuerdo que alguien se metiese conmigo por mi peso). También me han quedado de esta etapa ciertos tics con la comida y el peso que seguramente no tendría si las cosas hubieran sido de otra manera. He pensado en hablar con mis padres, pero no creo que solucione nada, porque no creo que reconociesen su error, o se harían ellos las víctimas. Hay alguien que haya estado en esta misma situación? Cómo lo habéis gestionado?