Hola!!! Soy una adicta a los viajes, escapadas, lo que sea! Pero hasta hace no mucho no me he podido permitir viajes caros. En 2019 estuve en Tailandia, y aunque no tengo otro destino para comparar, para mí fue una pasada. Me encantó conocer una cultura tan diferente, esas playas, pero sobre todo la libertad. No es un destino caro y con 20 euros por persona podías montarte planazos increíbles.

En 2020 llegó el confinamiento, en los momentos de agobio y claustrofobia, mi mente viajaba allí a aquellos paisajes y a aquellos 20 días sin ni siquiera una obligación.
Despues de un par de años sin muchas posibilidades, este año queríamos volver a hacer un buen viaje, pero no nos atrevíamos a salir de Europa. Solemos planear los viajes con antelación para que salga más barato, y a principios de año aún estaba todo un poco dudoso.

Despues de valorar diferentes destinos, surgió la idea de hacer un crucero. Al principio no nos hacía mucha gracia la idea de estar encerrados tantos días, pero cuando empezamos a ver esos barcazos que más parecían ciudades flotantes, empezamos a cambiar de idea.
Finalmente nos decidimos por una ruta por las islas griegas. Puedo decir que conozco Mikonos o Santorini? Ni mucho menos. Las visitas son muy rápidas. Concretamente el día de Mikonos hacía tanto viento que ni pudimos acercarnos a una playa.

Repetiría la experiencia? Al menos de momento no. Prefiero viajar sin horarios y conociendo los sitios más en profundidad.
He disfrutado la experiencia? Muchísimo, he disfrutado como una enana. Íbamos con todo incluido, y los daikiri de fresa caían uno detrás de otro. A lo mejor ni te apetecía, pero se acercaba el camarero a la hamaca a preguntarte si querías algo, y era imposible decir que no.
Me he montado en un túnel del viento, en un simulador de surf y en unos coches de choque en mitad del mar! He visto espectáculos de Broadway, me he perdido en mí misma (daikiri en mano), mirando al mar y siguiendo la estela del barco. He estado en fiestas temáticas, en una de ellas en te ponías unos cascos y cada uno podía elegir el estilo de música que quería bailar, y he hecho amigos de los que espero que sean para toda la vida. Ahh! y he comido cosas riquísimas! Aún recuerdo la cena en la que me pusieron un plato con 6 bogavantes, casi de me caen dos lagrimones!
Desde luego, esos días surcando el mar será otro de mis lugares seguros donde volver cuando necesite evadirme por un rato. Creo que todo el mundo debería plantearse hacer un crucero al menos una vez en la vida. Eso sí, amenazo con volver a Mikonos por mi cuenta para pisar todas las playas posibles :).