En mi caso me ha pasado tanto con amigos como con mi propia familia.
Llevo diez años independizada y me he mudado cuatro veces de apartamento. Normalmente, solía hacer una reunión de amigos tras mudarme para enseñar la nueva casa. Ya no lo hago y con razón, pues la invitación más bien les parecía una excusa para expresar sin tapujos todo lo que no les gustaba de mi nuevo hogar.
Vale que eran pisos de alquiler y que no los había amueblado yo totalmente, pero que te digan directamente que tu casa es hortera, que te están estafando con el alquiler (siempre está el típico de :»fulanito tiene un piso muchísimo mejor que esté a la mitad de precio») o que ellos nunca se mudarían a un piso como ese con cara de asco, entre otras lindezas, pues duele.
Y a veces parece que cuanta más confianza hay peor. Mis padres y suegros además de decirme en toda mi cara todos los defectos de mi casa, le encanta cotillearme todos los cajones, la nevera, despensa… Yo creo que es para criticarme con propiedad. Mucha veces temo el día que abran el cajón de los juguetes sexuales, pero seguro que ayudaría a que dejaran de fisgar.