Reproducimos testimonio de una seguidora:

Estoy en medio de denuncias por culpa de un vecino que ha hecho lo que le ha salido de las pelotas y casi nos cuesta un derrumbe.

Este señor ha dado problemas des del primer día. Cuando me mudé al edificio, era el presiente, le pedí las llaves de la puerta principal y tardó literalmente un mes en dármelas. Siempre me daba largas, siempre malas caras y no podía ser más marronero. Una de las vecinas me dejó caer que era una persona peligrosa.

En nuestro bloque tenemos una terraza que, cuando vine a visitar el piso, se me informó que era comunitaria. Esta terraza estaba a la misma altura que el último piso, el quinto, en el que casualmente vivía este vecino. Cuando ya tuve las llaves de la puerta principal del bloque, pedí las de la terraza, y este señor de nuevo, me dijo que a la terraza no se podía acceder porque estaba en muy mal estado. Le insistí en que igualmente me correspondían unas llaves y no le dio la gana. Generó muy mal rollo y muchas discusiones en todas las juntas, en todas ellas lanzándome miradas amenazantes.

Finalmente, un día que debió pensar que no estábamos, pude ver des del hueco de la escalera que la terraza estaba abierta. Entré y me encontré con el motivo real de porque no nos estaba dando la llave.

El vecino y presidente, se estaba construyendo una o dos habitaciones, era difícil verlo, pegadas a su piso y cogiendo gran parte de la terraza comunitaria. Lo estaba haciendo él o algún amigo obrero, pero estaba claro que aquello no era oficial ni legal. La obra había avanzado hasta construir un muro de más o menos un metro y medio, que delimitaba lo que serían las habitaciones.

Hice fotos, le piqué a la puerta y no abrió nadie.

Me fui directa a denunciarle a la policía y me dijeron que los temas de comunidades iban por la vía civil, así que me tuve que ir al ayuntamiento a denunciarle por construir sin licencia ni permisos y hacerlo cogiendo parte de la terraza comunitaria.

Cuando le confronté, al principio lo negó todo. Empezó a decir que me lo estaba inventando todo y que no nos daba la llave, únicamente porque no era segura la terraza.

Vinieron los peritos del ayuntamiento y se le cayó el pelo. Le multaron por no haber pedido la licencia ni pagado las tasas, por no haber consultado a un arquitecto para el proyecto, por no haber generado factura de la obra, por no haber pagado la tasa de deshacerse de los escombros y por no sé cuántas cosas más. Por supuesto tuvo que parar la obra y comprometerse a retirarlo todo.

Poco después vino un arquitecto, del ayuntamiento también, a hacer unas catas en las vigas del edificio y ver como estaba afectando el peso de esa construcción. Salió de los nervios y nos explicó que, si este hombre hubiera seguido construyendo, el peso de dos habitaciones, techo, muebles y demás, en una estructura que estaba pensada para aguantar una terraza, hubiera provocado sin duda que se hundiese el suelo y que se tambalease la estructura.

Es decir, se le hubiera derrumbado el techo a la del 4to piso, que en el mejor de los casos solo causaría daños y no heridos, y hubiera afectado a la estructura de todo el edificio.

Me cabreé muchísimo y le confronté, le grité delante de todos los vecinos que era un impresentable y que le iba a denunciar. Él solo decía frases tipo: “si fuera tú, rebajaría mi tono” “no sabes con quién estás hablando” “acabas de llegar y te crees la dueña, pero aun te faltan cosas por entender”.  Yo me vine arriba y le dije que no me daba miedo, que se le había acabado el chollo y que se fueran él y su familia a tomar por culo.

Después de pegar un portazo, vino la vecina que me había advertido a hablar conmigo. La dejé pasar y me contó que este hombre lleva muchos años puteándoles y haciendo lo que quiere, que al llegar pinchó la luz de su piso, cambió la cerradura de la terraza y muchas movidas más. Cuando los vecinos le confrontaron, empezaron a pasar cosas: de repente aparecía un buzón reventado, cartas rotas o daños en algunos coches.

Me decía que no podían demostrar que estaba siendo él, pero que estaban todos seguros, y que tuviera cuidado. Creían que, por ser latino, quizás estaba metido en alguna banda. Habían visto varias veces como llegaban grupos de chicos con malas pintas y entraban en su casa, en la que sospecho que ni de coña son solo cuatro personas como pretende parecer.

Agradecí la información a mi vecina y la verdad, es que me entró algo de miedo. Pero decidí que ya no me podía echar atrás y al día siguiente empecé a mover una denuncia colectiva. Le piqué al timbre y le dije que le estaba denunciando, que más le valía que las obras desaparecieran rápidamente de la terraza o si no todo se iba a poner peor para él, que a mi me daba igual.

Mi pareja, a todo esto, pese a que le parece muy mal todo lo que ha hecho nuestro vecino, me ha dejado caer que estoy exagerando y que con las multas ya bastaba, que quizás debería dejar en paz a nuestro vecino y estar tranquilos, pero es que no me da la gana.

Odio que la gente que hace las cosas así, se salga con la suya, y que encima seamos los demás los que tengamos que (casi) pagar las consecuencias.

No sé como acabará la vía judicial, pero os aseguro que de rositas no se va.