Una señora mayor viene a comprarme 1000€ en tarjetas prepago y creo que es víctima de estafa. Básicamente. Os cuento a ver.
El establecimiento en el que trabajo vende tarjetas prepago de Steam (plataforma de videojuegos) y Play Store (tienda de Android), entre otras. Cada mes, aproximadamente, viene la misma señora gastándose ingentes cantidades de dinero en las mismas.
Al principio, mis compañeros y yo pensamos que tendría un nieto con un morro que se lo pisaba, el típico que no hace nada y está todo el día enganchado a la PlayStation y al móvil, pero cada día que va, conseguimos hablar un poco más con ella y nos dijo que no era para quién nosotros pensábamos, sino para alguien que estaba en otro país, que así lo ayudaba y que podría venir a España. Alguien que ni conoce en persona, sólo por Whatsapp.
Pero claro, ella ni siquiera sabe qué está comprando, pues estas tarjetas no valen fuera de esas plataformas, porque se lo intentamos explicar y no tenía idea. Un día vino a gastarse 1000 euros y ninguno quería ser partícipe de eso y menos porque quería pagarlos en efectivo. Con la nueva Ley Antifraude, esto no es posible sin que hacienda te caiga encima, teniendo que pagar un porcentaje de la venta total, así que por aquí escapamos.
De todas formas, le hemos dejado caer varias veces que igual la persona equis con la que habla no está siendo honesta del todo con ella, y se indigna, claro. El caso es que hemos estado buscando un poco de información y puede que sea un fraude, tampoco vamos a acusar a nadie sin estar seguros pero, a la vez (y aunque suene feo), no es nuestro dinero y ya le hemos intentado prevenir sutilmente. Lo cierto es que nos da mucha lástima y si podemos colaborar para que esa injusticia no suceda, nos gustaría ayudarla. Por otro lado, lo más probable es que le dé exactamente igual y las compre en otro lado, y, siendo realistas, lo que nos interesa es que nuestra empresa facture para que nos pueda seguir pagando, lógicamente.
Y también podría pasar que, si un responsable nos ve rehusando ventas, nos caiga la bronca ya que sólo ven cifras, no personas. No sé qué hacer la verdad