Es irónico como comencé el 2018 y como lo voy a acabar. Os pongo en situación, yo el verano pasado lo pasé muy mal porque acababa de cortar con mi pareja con quien llevaba casi tres años. Fui yo quien rompí, pero me dolió enterarme de que llevaba seis meses poniéndome a parir, lo más suave que dijo de mí a sus amigas es que era una bruja. Yo iba ya amargada por la vida hasta que en septiembre encontré a mi «media naranja», casi de milagro, por Tinder.
Me enamoré hasta las trancas, llegué a creer que estábamos destinados por cosas que nos ocurrieron estando juntos. Como que le habían puesto en mi vida por algo. Los meses que pasamos juntos fueron los más intensos y creo que no me llegué a enamorar tan intensamente ni por mi ex, con quien casi estuve tres años. Y comenzaron los problemas. Él era muy independiente, pero me creía cada una de sus palabras, como que era muy importante para él, que necesitaba tiempo, o que me quería. En marzo mi madre sufrió un ictus, y la cosa cambió. Yo ya no estaba bien, necesitaba pasar más tiempo con él, y aunque reconozco que tuve mis cagadas y no me comporté de la manera más adulta, nunca tuve su empatía. Llegó a decirme que le dolía verme así, pero que por mi madre no sentía nada. Ahí algo empezó a dejarse ver de que no estaba bien en él.
Tuve que irme y fueron unos meses de mierda. En mayo decidió cortar conmigo, me dijo que no estaba enamorado, que necesitaba tiempo pero que necesitaba tiempo. Yo, tonta, le dije que vale, sintiéndome como una verdadera basura. La cosa no funcionaba, así que en junio acordamos que estaríamos el verano sin hablar para volver a empezar como amigos. Intenté hacer mi vida el verano, con la esperanza de que algo se arreglaría, o que sé… La cuestión es que aplacé el duelo. Llega septiembre, y un día me encuentro un mensaje suyo diciendo que no ve que podamos ser amigos y que habrán otras personas. Yo, tonta x2, intenté que se quedara diciéndole que le tenía superado. Esto no funcionó y le tuve que decir que de momento no podíamos ser amigos, a lo que él respondió con la mayor indiferencia. Desde entonces ha sido un calvario.
Hace dos semanas mi madre volvió a ser ingresada en el hospital, viva de milagro, y con la duda de si reconoce o recuerda a la familia. Yo creo que no puedo más, cada día lo siento más así. En un momento de debilidad volví a hablar a mi ex, no sé que esperaba haciéndolo. Ahora está con otra. Le conté lo que me había pasado y como si no me conociera. Me trató como la más pura basura, sin ninguna pizca de empatía. La persona a la que más he llegado a querer, tratándome como si no fuese nadie. Últimamente no veo salida para nada, y éso que lo intento todo. Me arreglo más, salgo más, incluso he intentado centrarme en el ámbito espiritual. Pero nada. No hay manera de sentirme ni un poco mejor. No solo éso, ahora me da miedo conocer nueva gente. Me he vuelto más cerrada, y en parte creo que me he vuelto una sombra de mí misma. No hay un solo día en el que me levante con ganas, simplemente siento que la vida ha perdido ese brillo. Y me da rabia desperdiciar mis energías por alguien así, pero el cerebro no es racional. Cuando yo ahora debería estar focalizada en lo que ocurre en mi familia. Aunque por otro lado, me siento inútil e impotente. No puedo hacer nada puesto que no soy médico, y no sabemos cuanto se alargará ésto. Últimamente me doy cuenta de la cantidad de cosas que no le he dicho a mi madre, y me mortifico por el pasado. No sé como evitarlo, simplemente cada día pienso en las cosas que hice mal, que no hice, o todo lo que deje de decir.
No veo el final de ésto, la verdad. Todos los días lloro por algo, en la soledad de mi habitación, y yo sinceramente no sé como salir del bache. Encima con el tema de pedir terapia tela, un mes de espera para poder ir… En fin, no sé si esto es más un desahogo o una búsqueda de consejos, pero cualquiera será bien recibido.