BellaBeata la luz de ese probador era un horror, lo que pasa es que tengo un pequeño handícap encima: estuve saliendo muchos años con un fotógrafo y hasta pesando casi 130 kilos (mido 1,65 m, así que parecía un tonel me mirases como me mirases xD) el tío era capaz de hacerme salir preciosa en las fotos. Claro, ahora que no salgo con él y mis fotografías se han vuelto más caseras, se nota, un aficionado ni de coña te sacará tan bien como lo hace un profesional y mucho menos en un sitio con una luz nefasta.
Sobre la distorsión, sí que he notado que me cuesta ver si algo es de mi talla o no, pero he tenido muchos efectos yo-yo en mi vida, y el ojo lo tengo bastante desentrenado entre tantas bajadas y subidas de peso. Por suerte, no soy de esas personas que se ralla por el número de la ropa, me cojo lo que creo que me vale, si necesito una talla más bien, sino también (que si cada vez necesito una talla menos, mejor, no nos vamos a engañar que bajar de talla es lo mejor del mundo).
En resumen, la foto la cuestiono a saco. Es una foto feísima y ahora ya se me ha pasado el berrinche y ya tengo ganas de ponerme el vestido con todos los complementos. Sin embargo, decidí compartir la anécdota porque me pareció estúpida mi propia actitud: rallarme cuando había conseguido un vestido precioso de mi talla a buen precio era y es de chiste.