Soy una cuarentona que ha tenido varios novios en su vida aunque sólo dos de ellos (más mi primer novio de adolescencia, que no cuenta porque ya sabéis como son los enamoramientos quinceañeros), me han marcado. Uno de ellos es mi actual pareja y otro un ex del que me separé hace 7 años. Pues bien, hoy entre los dos me han vuelto tarumba y, o me desahogo, o me corto las venas.
Caso 1: Mi ex
Mi ex ha sido durante muchos años mi gran amor. Aunque era un capullo y acabamos fatal, hemos seguido manteniendo contacto (el contacto se limita a unos wassaps un par de veces al año). Que queréis que os diga, fue alguien muy importante en mi vida y no quiero desaparezca del todo de ella. Aunque él lleva tiempo queriendo quedar conmigo pero a mí, francamente, no me apetece. Con saber que él y su hijo están bien, me basta.
Pues bien, hoy me escribe y el clásico «qué es de tu vida» termina en comentarnos el uno al otro de nuestras actuales relaciones. Yo con mi pareja estoy encantada, pero él está en crisis. Así que me cuenta que han abierto la relación, que eso le permite echar una canita al aire (consentida) si le apetece, pero que las cosas no van bien. Y, entre blablás me comenta que le ha estado hablando de mi a una de sus «amantes» y que tiene muy claro que si hubiera seguido conmigo, sería muy feliz. Imaginaos mi cara de estupor (que por suerte no se ve a través de wassap). Le contesté que yo durante mucho tiempo había pensando lo mismo, pero que a día de hoy tengo claro que nunca habría sido feliz con él. Y después de eso, me propone que quedemos.
Caso 2: Mi actual pareja
Suele tener horarios y días libres bastantes raros (trabaja de noche) así que cuando me dijo que iba a tener 4 días libres seguidos en Febrero, que coincide con la época en que empezamos a estar juntos, tuve la «estúpida» idea de decirle que gustaría celebrar con él con llevábamos un año juntos y que, ya que iba a tener tiempo libre, hacer algo especial y diferente de lo que hacemos habitualmente porque por temas de horarios no es sencillo.
Maldita la hora. Primero me preguntó que por qué tenía que ser algo especial y diferente. Después que no sabe en qué quiero innovar y que no hace planes a dos semanas vista. Y cuando le digo que ya está, que lo olvide, entonces le sienta mal que le diga que lo olvide e interpreta que le echo en cara que no quiere hacer cosas conmigo.
Y, lo que más me sorprende es que el es un tío cariñoso, cabal y de repente es como si todo lo que le dijera se resumiera en «me estás echando en cara que no quiero hacer nada contigo» y a todo lo que le digo, le saca punta.
Chicas, estoy totalmente desconcertada.