Uno de mis primeros recuerdos, de bien pequeñita, es mirarme en el espejo y pensar que era fea y gorda, pero de verdad. Me odiaba, era una niña y me daba asco. Siempre quise ser una chica delgada, de esas que pueden enseñar el tipito con tops y shorts(de pequeña ya me gustaba esa estética), pero jamás se dio el caso. Entonces pensaba que todo era culpa mía porque era así y punto, no era capaz de relacionar la comida con ello(no he conocido a ningún niño que comiera peor que yo), y si mis padres no veían el problema, ¿por qué iba a hacerlo yo? Acabé pensando que debía trabajar y ahorrar para que de mayor pudiera pagarme operaciones estéticas y cambiar mi cuerpo y rostro.
Ese odio se alimentó durante años y, cuando llegué a la obesidad al entrar en la adolescencia, empecé a planificar mi suicidio. Desarrollé una especie de bulimia no-purgativa que me dejaba llorando todas las noches tras los atracones, y me castigaba con golpes por caer y ser tan tonta. Mi familia no quiso ayudarme y me costó tiempo mejorar sola, años, y llegar a aceptarme dentro de un peso normal, a pesar de tener un síndrome metabólico.
Pero llegué a la edad adulta: la cara se endurece, la cadera se acaba de ensanchar… Y ya no pierdes peso del mismo modo. Todo ha empeorado, vuelvo a tener sobrepeso y, aunque intento comer bien, muchas veces me resulta inevitable. Y es que a mí me encanta comer, es más placentero que el sexo, sólo con el olor lubrica, pero… Después me siento como una puta mierda. En poco tiempo todo mi trabajo se ha ido a la mierda, ya apenas tengo ropa que ponerme, y no puedo comprar nueva. La gente dice que exagero, que no estoy tan mal, pero me cosa hasta que mi pareja me toque, que tenga que enfrentarse a algo tan asqueroso que no puedo creer que sea mío.
Sé que hay que quererse y aceptarse como es cada uno, pero… No puedo. No puedo quererme, ya no. Trato de comer mejor, de hacer ejercicio, tomo la medicación… Pero parece apenas hacer nada, y todo el trabajo de semanas se va a la porra si un día decido no moverme o comer un plato de pasta. Lo único que sé desde hace mucho tiempo es que, si engordo veinte kilos más, me quitaré la vida. No quiero volver a sentir ese odio y asco extremo de cuando era joven. No podría soportarlo.
¿Alguien más ha vivido algo parecido? ¿Hay algún consejo para dejar de darse asco?
Gracias, y lamento el parrafón.