Joer, mi abuela me cebaba. Era la típica de venga colacaos y palmeras y chuches y pelearse con mi madre para que me dejase tranquila.
Pero te entiendo, mi madre era la típica de estar todo el día dando la murga y el coñazo sobre cómo mantenerse delgada y adelgazar. Que si no comas esto que engordas, que mira a tu amiga tal que delgadita… Sinceramente, ojalá mi madre hubiese sido mi abuela: todo era cariño, todo lo que yo hacía le parecía bien, amor, vaya. Mi madre era de criticar todo lo que yo hacía y quería. Y eso marca.