Todas o casi todas, en algún momento de nuestra vida hemos sucumbido a la tentación. Nos hemos mordido las uñas, pero de dejarnos los dedos como si fueran muñones. Yo en concreto, soy una exmordedora, y si yo sobreviví a esa horrible manía, tú también podrás. 

Para empezar necesitas querer dejar de morderte las uñas. Se acabó el mirar manos ajenas con tirria, el esconderlas para no crear un trauma a nadie. Pero sobre todo se acabó el dolor, la sangre y los padrastros. Por cierto, de toda la vida los he llamado repelos, pero la gente me corrige y tampoco quiero crear yo aquí un debate, o llevar a la confusión a mi querida lectora.

Hay que visualizar los diseños que nos vamos a hacer en las uñas cuando estén largas y fuertes. Y también, pillar la cita para dentro de dos meses a uñas Tching Lu. No es fácil, vamos a ser sinceras, sin embargo existen muchos trucos que pueden ayudarnos.

Truquis del Almendruqui

Tenemos que identificar en qué momentos somos más propensos a mordernos las uñas; cuando nos aburrimos, nos ponemos nerviosos, trabajando o estudiando… Cambiar este hábito por otro, a ser posible fumar no, gracias. Yo me llevaba frutos secos o cereales antes de un momento en el que sabía que me iba a poner nerviosa, e iba a acabar comiéndome la mano.

Porque sabías que si te muerdes las uñas con la mano con la que tocas la barra del metro, que ha sido tocada antes por un señor que se ha sacado los mocos con su dedo, y que antes ha recogido una moneda del suelo, y que esa moneda fue pisada por otra persona que antes había pisado una caca de perro… Sí amiga sí, te estás llevando a la boca caca y mocos. Quiero añadir que seguramente ese hombre se hizo una pajuels antes de salir de casa y no se lavó las manos.

Por si todo esto no es suficiente, por culpa de morderme las uñas tengo algunos dedos torcidos, y las uñas muy muy muy débiles.

Otro truco que en algunas personas es efectivo, pero que me parece una pérdida de dinero, es estos esmaltes especiales de farmacia que saben a pito sucio. Obviamente, cuando te llevas la uña a la boca la escupes, ¿mi problema? Que me olía bien. Me las mordía igualmente, y lo peor es que sabía que no sabían bien y me las seguía mordiendo, a ver si por arte de magia empezaban a estar ricas.

Lo único que verdaderamente me sirvió fue pintame las uñas. Cuando me las pintaba y me las mordía, me sabía chungo. También se me quedaban trocitos de esmalte por los dientes y luego iba haciendo el ridículo con el diente chulo. Gracias al esmalte de uñas superé mi adicción a morderme las uñas. Y a día de hoy las puedo llevar sin pintar, pues las tengo tan bonitas que me da pena morderlas y volver a las cosas feas que tenía antes. No obstante, siempre que tengo alguna situación de estrés prevista me las pinto.

Si este trucazo tampoco te funciona, aún hay esperanza para ti. Las uñas postizas, como las de la Rosalía. Hay diseños muy bonitos, y tu uña podrá crecer por debajo sin problemas. Tengo varias amigas a las que este método les ha funcionado.

Ya no tienes excusa, y tus manitas lo agradecerán. Por morderte las uñas puedes contraer infecciones bucales, u ocasionar catástrofes en tus manos. Piensa que es un proceso costoso y seguramente lento, que deberás empezar cuanto antes y con mucha paciencia.