Todo lo achacan la artritis

 

Pues os cuento por si alguien se siente identificada, a mi hermana le diagnosticaron un tipo de artritis con 28 años a raíz de un accidente de tráfico. Desde entonces han probado mil tratamientos con ella, para que avance lo más lenta posible la enfermedad, además tratamientos innovadores de prueba, como conejillo de indias, que se supone que intentan frenar la enfermedad y que no afecte al resto de órganos. Es un palo a nivel personal y del entorno, porque es una enfermedad degenerativa y limitante en muchos aspectos. Te cambia la vida de la noche a la mañana y tienes que adaptarte a esta nueva situación.

Te levantas con los músculos engarrotados, sin energía, cojeando y hasta que no pasan unos minutos no puedes mover el cuerpo de forma normal. Tomas muchísima medicación y todos los efectos secundarios que esto lleva. Sigue los controles rutinarios hasta que un día aparece algo que no parece normal.

Pues nada, parece que tienen el cartel luminoso en el ordenador cuando va a urgencias, todo lo que tiene es causa de la artritis. Muchas veces es desesperante porque ha llegado a tener diferentes infecciones que hasta que no se han convertido en ingresos hospitalarios, no han visto lo que era de verdad, porque no se han molestado en investigar la causa. 

Una subida de tensión debe de ser por la medicación de la artritis, fiebre sin causa probable debe de ser un brote de artritis, hasta el punto de romperse un dedo y decirle que no tenía nada roto, que el dolor y la inflamación era por la artritis. Días después volver porque el dolor iba a mas, pelearte con medio cuadro médico hasta detectar que había una rotura.

Hace tres años y con mucho miedo, por todo lo que se le podía venir encima, se quedó embarazada con mucho control, pero para variar, todo lo que le pasaba fuera de los normal era por la artritis. El embarazo se complicó por factores que aparecían en las analíticas y todo estaba justificado por lo mismo. Además de solo poder tomar la mínima medicación a partir del tercer trimestre, le llevó a un embarazo de muy duro a nivel emocional, miedos, impotencia ante brotes de dolor, no poder dormir ni descansar. Al final se le complicó además con glucosa y tensión alta. Ya sabemos que un embarazo lo puede trastocar todo, pero en este caso ya venía todo trastocado de antes.

Menos mal que al final todo salió bien, pero os aseguro que no se plantea volver a repetir la experiencia porque no se ha sentido ayudada, acompañada, asesorada ni cuidada por el personal sanitario de referencia. 

Su vida continúa y cada día a medida que avanza la enfermedad van surgiendo nuevos retos a superar, muchas veces sin información y teniendo que buscarse un poco la vida. Con mucha fuerza de voluntad y muchas ganas de vivir va superando este duro y complejo proceso. 

Tiara