A estas alturas de la vida una ya ha vivido algún que otro mal momento, sin embargo, el día en el que me despedí de mi fiel amigo, fue el más duro de mi vida.

Aunque no está reconocido como el mismo impacto emocional, la muerte de tu perro puede afectar igual o más que la de un familiar querido.

Puede que para quienes nunca han tenido una mascota esto sea difícil de entender, piensen que exageramos y dirán eso de “sólo es un perro”

Pero es que tu perro, no es simplemente eso. Nuestros compañeros son mucho más que una mascota. Tu perro es mucho más que tu perro.

Es un compañero de vida, un amigo con el que has desarrollado unos lazos afectivos que llegan mucho más allá. Es un compañero espontáneo que no se preocupa por las normas, no cae en prejuicios y no sabe de manipulación para ganarse tu amistad.

Bueno, a veces te hace más caso para que le des más chuches, pero eso no es manipulación, sino glotonería perruna…

Se esta yendo tu mejor amigo, quien de verdad disfrutaba del “aquí y ahora” y apreciaba cualquier momento contigo sin preocuparse por nada más. Te está dejando quien más disfrutaba de estar contigo y cuya única preocupación ERA QUERERTE, tal y como eres, sin máscaras,  a tu verdadero yo.

Así que no solo le has perdido a él, también se ha ido la persona que eras con él.

chica con perro

Este profundo dolor es totalmente legítimo y normal, nadie tiene el derecho a cuestionarte su autenticidad, y tú, no deberías sentirte culpable por ello. Sentirte así sólo demuestra la grandeza de tu corazón y tu capacidad para amar.

Así que llora, llora la perdida y sufre tu duelo sin ningún tipo de vergüenza.

Por supuesto la forma de reaccionar no es igual para todos y superarlo es una experiencia individual. Todos conocemos las etapas del duelo, y en esta ocasión las vivirás igual, pero yo creo que más que una fase lineal, el dolor es cíclico, va y viene en oleadas, habrá días mejores o peores, y, a veces, lo que creías superado se vuelve a sentir.

Al final, estas en un proceso de ajuste emocional y eso nunca es lineal. No hay un tiempo adecuado ni establecido para superarlo, no lo puedes forzar o apresurar, solo te queda vivirlo. Para algunas personas serán semanas, meses años o puede llegar a ser un suceso traumático para toda tu vida.

chica con perro

Yo simplemente te diría, se paciente contigo, permítete estar mal y deja que el proceso se desarrolle de manera natural.

Aunque si es verdad que hay ciertas recomendaciones que pueden ayudarte a lidiar con esta experiencia y yo lo reduciría en tres puntos que engloban todo.

  •  No te sientas culpable

Seguro que te da por sentirte mal y responsable por lo sucedido, trata de no preguntarte por qué o si podrías haberlo evitado. No podías, así que hacerlo, solo te lo hará más difícil. Sinceramente yo lo hice una y otra vez, y aún a día de hoy se me escapa algún pensamiento de este tipo.

  • Expresa tus sentimientos y enfréntate al dolor

No pasa nada por manifestar como te sientes, es más, necesitas hacerlo. Pero hazlo con las personas adecuadas, no todo el mundo lo comprende y te pueden hacer comentarios que te saquen de tus casillas. Mejor con personas que empaticen con tu pérdida. 

No trates de negarlo ni ocultarlo, porque no sirve de nada, está ahí y acabara saliendo, antes o después.

  • Todo a su tiempo

No permitas que nadie te diga cómo deberías sentirte. Tu tristeza es tuya, nadie puede decirte “ya deberías haberlo superado” Así que enfádate, llora, ríe, supéralo o no, solo lo harás cuando estés listo para ello.

Al final aceptarás que él ya no está en tu día a día, y que la pena no debería ser el único recuerdo, ni el único sentimiento que te invada cuando pienses en él. Aceptarás que está bien acordarte de los buenos momentos e incluso reírte mientras lo haces.

westy

Al fin y al cabo, él lleno tu vida de alegría, y esos momentos que eran tan felices como reales estarán ahí siempre. Con suerte, llegará un momento en el que esa sensación de amargura irá remitiendo y dando paso a un recuerdo más calmado y tranquilo… Si bien como todas las cicatrices, los días de lluvia duele.

Dicen que poner palabras a tu despedida ayuda a superarlo, sinceramente a mi no se si me ayudó, simplemente me salió de dentro y quise compartirlo al igual que había compartido tanta felicidad los años previos.

Lo que sí se, es que dos años después, sigo agradeciendo cada día que mi peludo compartió conmigo

westy

«Hasta pronto amigo»

Mi pequeño Angelito, te pusieron patitas para venir a cuidarme y ahora vuelves a cambiarlas por alas para cuidarme desde el cielo. Tú no me puedes leer mi “Trastillo”, pero sé que lo vas a saber,  y quiero darte las GRACIAS por todo el amor que me has dado estos 13 años y medio, en los que has sido mi mayor ilusión y alegría y sin duda siempre serás el mayor amor de mi vida.

Gracias por dejarte hacer todas esas selfies que hoy me quedan de recuerdo, por esa cabecita loca y esas ganas de jugar, tu amor incondicional y tu alegría que estos días en los que has estado tan malito había desaparecido. A pesar de lo difícil del día de hoy, doy gracias por haber podido estar a tu lado estos días, acariciarte y llenarte de besos acompañándote en tu último sueño en la tierra, ¡¡¡que no en tu vida!!!

Ahora estás feliz jugando y moviendo tus orejas y tu rabito, en un cielo lleno de nubes, columpios y juguetitos que compartirás con otros angelitos perrunos y donde un día nos volveremos a encontrar y será el día más feliz de mi vida. 

Gracias por tanto mi pequeño Trasto, siempre te llevaré en mi corazón, nuestro vínculo es infinito y ahora sé que seguirás cuidando de mí desde el cielo.

Te quiero tanto Trastillo…