Soy un animal bastante nocturno, gracias a eso ayer descubrí a una gran mujer. Después de presentarnos a la nueva colaboradora de «Hable con ellas» que es (¡ojo!) Rociíto y de una entrevista bastante subidita de tono a Carlos Baute, nos presentan a Emma Haslam, una bailarina de pole dance (si, si…lo de la barra americana) que pesa, nada más y nada menos que 95 kilos. Estoy fascinada y tengo que contarlo.

Esta muchacha de 27 años lleva practicando este tipo de baile alrededor de 8 años, tiene su propia escuela de baile y parece que no le va nada mal. Ha saltado a la fama en los últimos meses tras aparecer en un talent show británico promoviendo el pole dance para todas las tallas. Parece ser que fueron los propios jurados de Britain’s Got Talent los que vieron los videos de Emma en internet y se pusieron en contacto con ella para que participara en el programa.

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La verdad es que es increible verla hacer todas esas piruetas de una manera tan elegante (tengo que confesar que me da mucha envidia). Emma Haslam rompe con la imagen típica de la bailarina de pole dance, neumática y fibrada, y se convierte en un ejemplo más de ese dicho tan manido que dice: «querer es poder». Como gorda, con una constitución similar a la de esta chica, nunca hubiese pensado en la posibilidad de aprender a hacer este «deporte» (hay quien lo reivindica como olímpico) y, aunque no estoy muy convencida de querer intentar violar la ley de la gravedad, me ha dejado pasmada. Creo que en este caso se puede presuponer que esta maravillosa mujer está muy sana y practica deporte con regularidad, lo que nos lleva otra vez al debate de: ¿es compatible estar sana con tener sobrepeso?

Las bonitas imágenes las encontré en una entrada del blog de Yours Clothing, tienda con la que Emma Haslam trabajó posando con algunas de sus prendas.