Hace unos días decidí cambiar mis hábitos de higiene íntima en lo referido a la menstruación. Me puse a investigar sobre los aspectos negativos de los productos, como compresas y tampones. Pude ver que hacían verdaderas barbaridades. Utilizan químicos para que sus productos queden más blancos y para que no generen olor. A su vez, estos químicos hacen que tengamos más problemas de lubricación (si eres cómo yo y lubricas mal por la píldora anticonceptiva, es lo que nos faltaba para que nuestro chichi estuviese como la mojama). Además, hay veces que sacamos el tampón medio seco y eso raspa, pudiendo llegar a crear heriditas en la vagina que nos hagan más propensas a coger infecciones. Podría seguir enumerando los aspectos negativos, pero me voy a ceñir a hablarte de las bondades de la copa menstrual.

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Hice una búsqueda exhaustiva de cuál podría ser mejor para mí, ya que (como yo digo) soy de chichi corto y la altura del cérvix influye en gran medida para que la copa moleste o no. También quería que la forma de la copa no fuese como las típicas que tienen una “rabito”, me parecía que eso me podía molestar. Además, quería una que tuviese un aro para agarrar al sacarla y que mi vida fuese más fácil. Si, soy muy exquisita. Al final la elegida fue la Lily Cup One. Aunque hay otras opciones, como esta copa,también de la marca INTIMINA.

Total, que ahí estoy yo con ansia viva de que me llegase mi copa y de que me bajase la regla. Lo primero que hice al sacar la copa fue hervirla para que se fuesen todas las bacterias que podía haber (esto es importante que lo hagas antes de tu ciclo menstrual y después). ¡Ah! y ponte una alarma que te avise de cuando quitarla del fuego. No serás ni la primera ni la última a la que se la olvida ahí y se la derrite.

Llegó el día de probar la copa. Tras algunos intentos de insertarla (sí, requiere un poco de práctica) me dí cuenta de que en realidad era muy fácil ponérsela. El truco está en relajarse y mojarla antes, o echarle un poco de lubricante con base de agua.

Con el primer uso aprendí varias cosas:

  • Hay que introducirla en la vagina complemente.
  • Si la mojas antes de ponértela se facilita la inserción. También se puede usar un lubricante con base de agua.
  • Hay formas de doblarla para que se haga más fina.

Otro punto importante, para las miedosas como yo, es que la copa no viaja por tu cuerpo ni se va a un lugar secreto y oscuro de tu vagina. La vagina tiene un tope y de ahí no se va a mover, tranquila. Después de dormir con la copa me la quité y vi que no estaba (micro infartito que me llevé). Me intenté relajar y busqué una solución. Había que empujar hacia abajo con el músculo pubocoxígeo (el músculo que se te contrae cuando tienes un orgasmo); Efectivamente funcionó, me ayudó a sacar el tallo de la copa para así poder cogerla.

Existen muchas dudas sobre la copa y sobre que sucede si pasas mucho tiempo fuera de casa. Pues bien, yo la llevo todo el rato. Me la cambio cada diez horas, mi sangrado es por deprivación, pero abundante. No hay ningún problema en cambiársela fuera de casa. La Lily Cup One tiene unos pliegues que te permiten doblarla y guardarla en una cajita. Puedes ir a un baño, lavarte bien las manos antes de sacártela, tirar el flujo al inodoro y volvértela a poner. Así de fácil. Te prometo que me he cambiado la copa mil veces en sitios públicos y sigo viva. Si aún así te sigue dando canguelo, puedes llevarte una botella de agua y darla un refregón.

Otra duda es si sirve para hacer deporte. La respuesta es si y mil veces sí. Hago deporte regularmente; ejercicios como sentadillas, saltar, correr, etc. La copa ni se nota ni se te va a salir al hacer sentadillas.

¿Más ventajas?:

  • Estarás ayudando a reducir la contaminación. Cuidarás tu cuerpo eliminando los materiales químicos que le echan a los tampones, compresas, etc.
  • Te ahorraras bastante dinero ya que una copa cuesta unos 20 euros y te puede llegar a durar diez años.
  • Tiene una talla única que recoge todo tipo de flujos (de ligeros a abundantes).
  • Esta copa es plegable. Podrás guardarla en su caja y llevártela a cualquier sitio.

En conclusión, sé que todo lo nuevo cuesta al principio porque nos da miedo o genera inseguridad. Lo mejor es probar y ver qué te parece. ¿Cómo vas a saber si te gusta si no lo has probado? Yo tenía miedo de probar la copa, y al final estoy tan contenta que me paso el día hablando de ella. ¡Pero es que es una maravilla! De verdad, te animo a probarla.

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