«Problemas del primer mundo» dirán muchos. «Todo está en tu mente«, dirán otros. «La cuestión es tener fuerza de voluntad«, dicen los que no tienen ni puñetera idea. El trastorno por atracón es una realidad que viven millones de personas, afecta principalmente a mujeres con alto perfil de ansiedad, y es parecido a la bulimia nerviosa, pero sin actitudes compensatorias (es decir, no vomitan o se purgan después). Las personas con este problema, al menos cambio emocional, comen hasta sentirse saciados ( cosa relativamente dificil porque tardan mucho más en sentirse llenos).Es un tema que me toca de cerca y me cuesta reconocer, pero que padezco desde una temprana edad.

Nací enorme, con un peso de más de 4 kilos y la friolera de 60 cm. No justifico con esto mi problema ni mi sobrepeso, estoy así porque me gusta comer. Creo que fue a los 9 años cuando alguien felicitó a mi madre por mi buen comer y desde ahí asocio la comida a una gratificación (como los caniches). Siempre fui una persona obsesionada por sobresalir en todo, por la perfección, por las mejores notas, por las mejores habilidades…Ahora sobresalgo de mis pantalones principalmente y la verdad, desde que acepté que lo mío era un problema y empecé a encontrar los desencadenantes de mis atracones, ni siquiera me importa.

Al principio simplemente comía de más. Siempre había alguna excusa: un cumpleaños, ir al cine, es verano, es de día...Hasta que el problema se fue agravando. Durante la adolescencia las burlas en clase hicieron mella en mí, así que al final de curso, a los 13 años, me puse a dieta por primera vez. Perdí unos 20 kilos y cuando volví al instituto todo fueron halagos. Me sentía genial, así que lo que tocaba era volver a comer...Desde ahí hasta el día de hoy, a los 29 años he subido y bajado la friolera de 254 kilos.

 Ahora mismo soy una mujer de cadera ancha y pata negra de 1.78 y 90 kilos de peso y por fin he logrado aceptar este hecho. La compulsión es desesperación en el nivel emocional, ya sea con comida, con trastornos obsesivo compulsivos,con drogas..Pensamos que tanto los atracones como cualquier otro objeto de nuestra compulsión acabará con esa desesperación. El problema reside en nosotros, y hasta que no excavas en tu ser, intentas comprenderte y dejar de autoagredirte (con comida o con lo que sea), no empezará el camino hacia la curación. He tenido que aprenderlo de las más variadas maneras.

Después de tanto tiempo de restricciones, de dietas y de atracones, toqué fondo con mi último trabajo. Llegué a consumir más de 8000 calorías diarias, me endeudé hasta las cejas para poder seguir comiendo y me llevé un par de buenos sustos antes de darme cuenta de la espiral en la que me había metido.Toda mi vida giraba en torno a algo tan absurdo e insignificante como la comida. Odiaba a cualquiera que me dijese algo al respecto o se metiera entre mis amados donuts y yo.Cuando comprendí que no estaba bien, empecé a explorar y a conocer personas con mi mismo problema, y sobre todo, a investigar en la literatura. Descubrí a la gran Geneen Roth y con sus libros llegué a varias conclusiones:

No me van a querer más por ser delgada, quien me quiere quiere este pequeño cerebro y alma de rubia que tengo. Tener un cuerpo perfecto es un accesorio, como un bolso bonito. Esto casi no se me mete en la mollera, porque según mi cerebro, siendo guapa y delgada los problemas se acabarían…

No voy a llegar a ningún sitio con restricciones de comida. Es gracioso, pero hasta que no empiezas a controlar tu ansiedad, está completamente prohibido hacer dieta. Paradójicamente , cuando sabes que puedes comer lo que quieras cuando quieras, mágicamente no te apetece comer tanto.

Aprende a decir «NO». En alto, a tí misma, a los demás, un no a tiempo es lo mejor que puede pasarte.

Quiérete, porque con tus defectos y virtudes, con tus momentos buenos y malos, igualmente no hay nadie como tú.

-Aprende a nutrirte, aprende a querer tu cuerpo y a darle lo mejor. Porque si no pones gasolina barata a tu impecable coche,¿por qué deberías darle basura a tu cuerpo?

Deja de darte excusas. El momento es cuando tú quieras que sea, pero no eches la culpa a eventos externos por cada atracón o por cada vez que no haces lo correcto. Vive libre.

Lucho con esto día a día. Como cuando siento hambre y no cuando siento necesidad. No soy perfecta y no lo seré nunca, y ¡ me encanta! Sé que es un camino largo y que mi problema me acompañará mucho tiempo, pero a decir verdad, nos estamos conociendo el uno al otro y nos mantenemos a raya.