Vuelve el tiro bajo: ¿por qué la ropa de las mujeres es tan incómoda?

Regresa la moda del tiro bajo. Nació en los 60, volvió a popularizarse en los 90 y ahora, en pleno 2021, puedes encontrarlos en cualquier tienda. No, por favor.

El pantalón de tiro bajo es una de las prendas más incómodas que recuerdo de mi adolescencia: todas las camisetas quedaban cortas y tenías que tener cuidado al sentarte porque enseñabas tus bragas rotas o -en el peor de los casos- la raja del culo; apretaba muchísimo la zona del útero, por lo que comer o tener la regla eran incompatibles con este look; también presionaba la vejiga y, tras un vaso de agua, ya tenías que ir a mear; se te clavaba en el coño y, no solo veías estrellas, veías constelaciones enteras; dejaba los riñones al aire que, en invierno, nos entra un frío brutal; además, apelan a la estandarización de los cuerpos, porque suelen quedan bien a las chicas delgadas, altas, de cintura ancha. Yo soy bajita y me hacían parecer un hobbit de La Comarca. 

No, por favor. El pantalón de tiro bajo NO es sano. 

ELLOS vs ELLAS: ropa incómoda 

A raíz de esta moda, he realizado un pequeño y humilde estudio en mi entorno, a través de una encuesta que se interesa por las prendas de ropa más incómodas que guardamos en nuestro armario. Han participado unas 50 personas, de ambos sexos y de edades comprendidas entre los 12 y 81 años. 

La conclusión a la que llegué es los tíos consideran “prenda incómoda” a pasar un día en traje, con la camisa abrochada hasta el cuello y luciendo corbata; alguno me mencionó también los zapatos o incluso las chanclas de una jornada de playa. En cambio, las mujeres abrían su abanico de incomodidades a un sinfín de prendas: desde pendientes hasta tacones, pasando por pantalones ajustados o faldas de tubo; varias repararon en el uso diario del sostén y, las más mayores, de la tortuosa ropa interior moldeadora de tipo faja. 

ELLOS: nacen, crecen, se reproducen y mueren con la misma ropa

¿Dónde está la ropa incómoda para los tíos? Ellos, desde que nacen hasta que se mueren, pueden usar los mismos pantalones con la forma perfecta para estar cómodos: tiro alto, riñones cubiertos, lo suficientemente anchos para que nos les aprieten los cojones, no les entra frío por los tobillos. ¡Una maravilla! 

Su ropa interior, camisetas, polos, chaquetas…, todo agradable, fresco o calientito según la estación. Y, de lo que único que se pueden quejar es del uso de la corbata cuando tienen que ir a una reunión o la boda de un familiar. Pobrecitos. 

ELLAS: nacen y les ponen pendientes

Afortunadamente, las nuevas generaciones están posicionándose en contra de esta práctica, única y exclusivamente relacionada con la estética. Cuando un niño nace, nadie se plantea agujerearle las orejas para colocarle unos pendientes; en cambio, ante el nacimiento de una niña, es de lo primero que te preguntan: ¿aún no tiene pendientes? Mutilar las orejas de un bebé recién nacido por el simple hecho de tener vulva es uno de los primeros actos machistas que nos encontramos en nuestra vida como mujeres. 

ELLAS: crecen y el uso del sostén 

No solo los sujetadores, también los tangas o cualquier conjunto de ropa interior que sea considerado “sexy”. Lo cómodo es feo, basto, poco atractivo. Al contrario, la moda estima sexy a un tío en bóxeres, que no dejan de ser unos pantalones cortos, elaborados con tela flexible, sin aros ni costuras. 

ELLAS: uniformes con falda

Así como los chavales pueden jugar a lo que les dé la gana en el patio del colegio, en algunos centros educativos (especialmente de índole privada), el ocio de las niñas queda condicionado por el uso de faldas en los uniformes. ¿Puedes jugar al fútbol con una falda? Sí, pero quizá no es lo más óptimo, así que “tú vete a jugar a la comba, niña”. 

ELLAS: suma y sigue

Tacones altos, botas uggs, muchas sandalias, pantalones ajustados, faldas de tubo…, hasta los bolsos, que tiran de un solo hombro y nos descompensan el centro de gravedad. Y ni os cuento instrumentos de tortura, dignos de la época de Inquisición, como fajas. Muchas no solo atentan contra nuestra comodidad, sino directamente sobre nuestra salud. 

Yo no uso el tiro bajo porque me aprieta el chirri

¿Prefieres estar guapa, a la moda, o estar cómoda? Yo lo tengo claro, para presumir NO hay que sufrir. 

 

María Romero