¿Eres de las que se marca estándares como líneas rojas infranqueables? ¿O de las que cree que una no elige de quien se enamora y, simplemente, trata de construir algo bonito con una persona decente?

Supongo que hay un camino intermedio: enamorarse con cabeza para no perderla con el primer energúmeno que pasaba por allí, pero aceptando que la química puede surgir con una amplííííííísima gama de gentes.

Mis amigas y yo hemos pasado el ecuador de la treintena y, con las que están solteras, ha surgido una conversación interesante últimamente: ¿qué debe tener o no tener una potencial pareja? Peticiones hay para todos los gustos, unas más realistas que otras. Pero algunos de esos estándares dicen más de mis amigas que los de hombres que les gustaría tener en su vida.

Cada cual exige lo que quiere, ni más faltaba, pero no puede evitar generar opiniones.

1. La coherente

Una de mis mejores amigas asegura que bajo ningún concepto se iría con lo que ella denomina “un facha”. Ni para tirárselo en una noche desesperada. Un tío que haga comentarios racistas, machistas u homófobos no tiene cabida ni en su vida ni en su cama.

A mí esto me parece más que sensato, la verdad. Me parece necesario. Si no quieres deconstruirte por el bien de la humanidad, deconstrúyete por ti, Juan, que te vas a quedar como la 1.

Lo que ese estándar me dice de ti: que eres una persona con principios que protege su paz mental, que tiene empatía, personalidad y no está dispuesta a pasar por el aro a cualquier precio.

2. La práctica

Otra de mis amigas dice que nunca, jamás, iniciaría una relación con un divorciado con hijos. Mis amigas casadas y con hijos se llevan esto a lo personal casi sin querer, pero veo que no es tan raro. En este mismo foro he leído a más gente con este estándar.

Hay poco que decir al hecho de que una prefiera quedarse soltera a complicarse la vida. Cada cual elige las batallas que quiere o rehúsa librar.

Lo que ese estándar me dice de ti: que necesitas casito y sentir que eres la prioridad, por un lado. Y que no quieres arriesgarte a que alguien te asigne un papel que no te corresponde, por otro lado. Ya hemos sido testigos cercanos de tipos que no buscaban pareja, sino una madre de repuesto con la que criar sus hijos.

3. La rica

Luego está el caso de ella, joven, soltera, guapa y con puestazo. Tiene éxito, tiene tiempo que dedicarse, tiene autoestima alta y tiene pisos que arrendar. Está como quiere, ¿por qué iba a complicarse?

Hace poco terminó con quien era su pareja desde hacía dos años. Él dejó su trabajo y se plantó a cientos de kilómetros para vivir con ella, pero nunca se adaptó al nuevo entorno. Así que mi amiga se cansó de sus quejas, que ella achacaba a la inmadurez. Y también de su poca determinación para formar un proyecto de vida con ella.

Hasta ahí, nada reseñable. Lo relevante es el matiz. Dijo que ella estaría dispuesta a dejar la ciudad en la que vive y asentarse en un sitio más cómodo para los dos… si él pudiera aspirar al salario de 3.000 euros que gana ella. Es la misma que, años antes, en una conversación entre amigas, dijo que ella no consideraba que un carpintero o un albañil le pudieran aportarle nada.

Lo que ese estándar me dice de ti: a ver, amiga, pues un poco superficial sí que eres, ¿no? Te ha costado mucho llegar hasta aquí y no quieres que nadie se aproveche de ti, genial. Pero, si ganas el dinero que quieres y tienes la vida que quieres, ¿qué más te da que tu pareja gane o necesite menos? Quizás te estás perdiendo a un ser maravilloso, 100% compatible e independiente que, simplemente, no llega a tu nivel salarial.

Viéndolo de otro modo, a lo mejor el hecho de poner estándares es un acto de solidaridad: libra a quienes no los cumplen de estar con alguien que lo va a fiscalizar exhaustivamente desde el minuto 0.

Esse