¿Por qué se cree la gente que si no haces una boda por todo lo alto no es válida? Me casé hace unos meses en el ayuntamiento. Fuimos a firmar mi chico y yo con nuestros padres y hermanos. En total quince personas. Después, comimos en un restaurante, nos hicimos algunas fotos y luego cada uno a su casa.

Pues no sabéis la de veces que he escuchado antes de casarme comentarios del tipo: “¿Entonces no hacéis boda?”

Perdona, pero sí que hago boda. Una boda íntima. Que no invite a doscientas personas y lo celebre en una finca rústica en medio del campo, no quiere decir que no lo celebre. Lo celebro con los míos. A mi boda viene quien yo realmente quiero que esté, y no primos segundos y compañeros del trabajo a los que invitas por compromiso.

Mi boda es real, me casó el concejal de mi barrio y la festejé el día que me casé. La boda falsa es la vuestra que habéis ido a firmar un día y dos meses más tarde hacéis una boda de paripé con un maestro de ceremonias que habéis contratado. O, peor aún, hace como que os casa un amigo vuestro mientras mete chistes y anécdotas graciosas en lo que se supone que es una ceremonia solemne.

 

La gente se cree que, porque no me haya querido gastar tres mil euros en un vestido de princesa y me haya casado con un modelito del Zara, y mi marido en vaqueros, mi boda no vale. ¡Pues bien mona que iba yo con mi outfit de cincuenta euros! No me dejé ni un euro en peluquería pues me peiné yo misma, y el maquillaje lo mismo. Que yo flipo cuando me cuentan mis amigas la pasta que cuesta que venga la peluquera y la maquilladora a tu casa el día de tu boda. FLI-PO.

¿Y qué me decías de las flores? Los ramos de novia son carísimos. Y ya como se te ocurra encargar uno de flores preservadas que están tan de moda últimamente, ya es que alucinas. ¿Sabéis cuando me gasté yo en mi ramo? Cero euros, porque no llevé ramo. Y si os estáis preguntando que es eso de las flores preservadas, es porque no se os ha casado ninguna amiga últimamente, porque es la tendencia top en ramos de novia.

En fotógrafo tampoco me gasté un riñón. Contraté uno que vino a la ceremonia del ayuntamiento, nos hizo unas cuantas fotos fuera y ya está. No vino ni al restaurantes. No necesito fotos de mi familia comiendo o haciendo el gañán con dos copas de vino de más.

Realmente, no tenía necesidad de gastarme mil quinientos euros para tener mil fotos de mi boda que voy a ver cuatro veces en mi vida. Tengo las fotos justa y me sobra. Y por supuesto video, ni me lo planteé. Ya hicimos algunos videos con los móviles.

Y que quede claro, no es una cuestión de dinero. No me casé en plan austero porque no tuviera para organizar un bodorrio. Me casé así porque me apetecía una fiesta íntima solo con mi familia más cercana. No tuve que pasarme media hora saludando a gente, muchos que apenas conozco, que me daba la enhorabuena. Yo pasé mi día con los míos y lo disfruté a tope.

Que oye, si tú te quieres dejar los ahorros de tu vida en una celebración, estás en tu derecho, pero luego no me digas que yo no hago boda, porque boda hice. La boda de mis sueños.