Hay miles de planes, de situaciones, de comportamientos y de ideas que siempre rechazamos y tiramos a la basura porque tenemos metido en la cabeza que no merecen la pena y, sin embargo, creo que son maravillosas para llevar a cabo y sentirnos realizadas.

1.Hacer planes o proyectos a largo plazo. 

Parece que le hemos cogido pánico a eso de embarcarnos en una aventura que no nos ofrezca recompensa automática, que las consecuencias sean instantáneas. ¿Por qué no probar suerte a llevar a cabo algo que nos ocupe más de un par de horas, un par de días o un par semanas? Planear un viaje con muchísimo tiempo, escribir un diario, hacernos una foto cada mes para ver cómo ha pasado el tiempo por nosotras dentro de unos años. No sé, ¡imaginación al poder!

2. Haz planes contigo misma

Desde ir al cine, hasta irte a cenar, pasando por quedarte un fin de semana entero en tu casa en bragas sin ver a absolutamente nadie. Parece que le hemos cogido fobia a la soledad, cuando en realidad creo que no hay nada mejor que regalarnos un poco de tiempo de calidad a nosotras mismas. ¡Prohibido tenerle miedo a estar con una!

3. Hacer nada

Hacer absolutamente nada. Probadlo, de verdad. Probad a tiraros en la cama y escuchar el silencio y vuestra respiración. Olvidad el móvil, el PC, la tablet y el universo en general, comed techo un rato y esperad a que pensamientos os acudan, no os imagináis lo que podéis llegar a pensar cuando exclusivamente dedicáis toda vuestra atención a ello.

4. Admite que te equivocas

Cada vez que te des cuenta de que no llevas razón en algo: admítelo, dilo en voz alta, reconócelo y pide disculpas si es necesario. Aunque el orgullo te llene la boca de silencio y lo último que te apetezca sea reconocer tus fallos, no sabes lo bien que sienta quitarse ese peso de encima compartiéndolo con alguien o reconociéndotelo a ti misma.

5. No justifiques tus actos

Deja de buscarle los tres pies al gato cuando hagas algo espontáneo, algo que te ha nacido, algo que ha salido de ti. No des explicaciones, no busques explicaciones, no te inventes explicaciones que no existen. Actúa y vive, sé consecuente y no te atasques en procesos mentales que a nada te llevan.

6. Aplícate los consejos que das a otros

Sabes perfectísimamente que miles de veces te has escuchado dando consejos a alguien que sabes que jamás en tu vida has puesto en práctica. Pues chica, ya vale, si lo que le dices a una amiga se lo dices por su bien, aplícate el cuento a ti misma, que seguro que te va de maravilla.

7. Evoluciona y no sientas que te traicionas

Esos pensamientos que eran tu mantra diario hace años igual ya no te sirven, no te tortures a ti misma por cambiar, por evolucionar, por sentirte diferente, por ser diferente. Igual que a veces no te puedes meter dentro de ropa que no te cabe o dentro de ropa que se te ha quedado grande, también te puede pasar a ti misma con tus ideales. Conócete y admítete, los cambios no tienen por qué ser negativos.

8. Aprende que mucha indecisión es ya una decisión. 

Cuando te enfrentes a un trabajo, una pareja, un plan o lo que sea y te llenes de dudas, deja de darle vueltas. Cuando los contras que entran a jugar en tu cabeza son tantos que tienes que rejustificarte mil veces para convencerte a ti misma de que no está tan mal… SPOILER: está mal.

9. Permítete odiar

La ira, el enfado, es un sentimiento puro, primario, real, lleno de pasión. Si algo despierta tu desacuerdo, déjalo fluir, defiéndelo o atácalo como se merece, embárgate con ello, deja de ser correcta, deja de admitir que cosas que no están bien lo están, deja de obligarte a decir o hacer cosas que no piensas o sientes.

10. Avergüénzate de forma sana

Cuando sabes que has hecho algo mal o que podrías y deberías haberlo hecho mejor, no reprimas ese sentimiento, admítete que no has hecho todo lo que estaba en tu mano, pero tómatelo de forma positiva, haz que tu autocrítica te sirva, ayúdate a ti misma para planes futuros.