Si me dejáis que os de mi opinión, Twitter se ha convertido últimamente en el vertedero municipal. Lo que antes servía para informarse y divertirse, es ahora un nido de críos sin filtro y gente llena de odio, mucho odio.

Twitter se ha convertido en el altavoz de toda esa gente a la que en su casa no le dejan opinar, y que viene a Internet cargada de ira para cagarse en todo lo que les rodea, tengan o no razón, hagan o no daño al receptor de sus insultos. El caso es que cada vez lo uso menos, y tendencias como la de hoy de #Cosasdegordos me confirman que estoy mejor lejos del pajarito malvado.

Vaya forma cutre de intentar contrarrestar el currazo de movimientos como WeLoversize con un buen puñado de prejuicios y chistes de preescolar. Todavía no me explico si esta gente se siente mejor consigo misma lanzando al mundo basura de este calibre.

Que conste que dentro del hashtag hay cosas graciosas con las que me he descojonado y mucho gordo (y gorda) bromeando precisamente sobre estos prejuicios que a estas alturas deberían estar ya más que olvidados. Juzguen ustedes mismos.