Cuando la gente me dice que qué bien, que cada vez hay más tallas para todos, que las gordibuenas están de moda o cualquier otro comentario por el estilo, yo me pregunto ¿qué estamos haciendo mal?

Sí, algo estamos haciendo mal cuando la gente se piensa que esto es un berrinche de tres o cuatro gordas que son influencer o de algunas caprichosas que quieren ir a la moda cuando no tienen cuerpo para ello.

Por eso tenemos que seguir luchando, y no nos corresponde solamente a nosotras, que estamos sentadas delante de nuestros ordenadores, ni a Elena, Rebeca, Tess o Killada. Esto, chicas y chicos nos corresponde a todos.

Nos corresponde a todos porque queremos vivir, no sobrevivir.

Porque no queremos tener que dar explicaciones pero aún hoy tenemos que explicar a todos los gordófobos que no hacemos apología de la obesidad, que solo queremos ser felices. Nos corresponde porque aún hay gente que nos para por la calle y nos da consejos porque nos tiene lástima. Sí, queridos y queridas, a muchos de los que se preocupan por nosotros lo único que le provocamos es pena y condescendencia.

Es nuestra labor luchar y no callarnos. Tú, que me estás leyendo a escondidas sin que tus amigos se enteren de que te gustan las gordas. Habla.

Tenemos que seguir luchando entre todos porque la palabra gordo no sea un insulto. Porque la gente asuma la diversidad de cuerpos y disfrute con ellos, porque amigos, no hay nada más bonito que el hecho de que seamos diferentes.

También hay que luchar contra los prejuicios, porque a día de hoy la imagen mental que se proyecta de un gordo es la de estar comiendo hamburguesas y bollos todos los días.

Esta es la imagen que tiene Google de una gorda
Esta es la imagen que tiene Google de una gorda

Hay que luchar porque la gente no se quede en sus casas viendo la playa a través de una ventana, porque todos podamos sentir la sensación de jurar amor eterno sin el miedo al rechazo que pueda causar nuestro físico. Tenemos que seguir luchando por todos y cada uno de los chicos y chicas que no quieren ir al cole por los insultos que reciben de sus compañeros.

Tenemos que luchar todos porque esto no va de gordos contra delgados, porque esto va de libertad, de felicidad y de futuro. Va de disfrutar independientemente de las condiciones físicas o raciales que tengamos cada uno.

Se que es difícil luchar contra las grandes empresas, contra el espacio reducido de los transportes e incluso contra la opinión de quien un día nos dijo que así de gordas nadie nos iba a querer. Pero nadie dijo que fuera fácil.

Y sí, digo luchar porque nos encontramos cientos de casos al día de agresiones, de chicas que nos escriben contándonos el calvario que sufren, de retrasados que se camuflan dentro de un coche gritando gorda, de gente que dice que damos asco. ASCO.

Sonríele a la gente, haz topless, declárate, ponte esa falda tan ajustada y combínala con unos labios rojos. Vuelve a sonreír. Pasea con tu madre, habla con ella y saluda a los vecinos que te encuentres cuando salgas a hacer deporte. Habla. No te calles; pero sobretodo: vive, nunca sobrevivas.

Estoy convencida de que vamos por el buen camino.