El otro día me puse en modo investigación y me propuse sacar conclusiones sobre un fenómeno que vi que ocurría en Instagram. Concretamente en el Instagram de WeLoversize.

Aunque casi todas las imágenes reciben comentarios positivos y negativos, son un tipo de imagen en concreto las que reciben más haters y no me parece casualidad que esto suceda. Se trata de aquellas fotos en las que la modelo/blogger/señorita en cuestión enseña la barriga y esta no es precisamente plana.

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Hablando claro: mondongos al aire en todo su esplendor que parecen ofender al personal y sacar la maldad que algunos tienen dentro.

Se ve que pechugonas, culonas o muslonas están mejor vistas socialmente, pero allá tú que enseñes una tripa colgandera, entonces lo estás poniendo a huevo para que lleguen comentarios como:

– Qué puto asco.

– Voy a vomitar.

– ‘Mira, esta es tu novia’ (etiquetando a amigos para hacer la gracia)

– Me muero si algún día me parezco a esta chica.

¿Qué pasa con las barrigas que parecen generar tanta ansiedad?

Creo que esta fobia nace de lo que nos venimos tragando en los medios de comunicación desde hace siglos. ¿Cuántos titulares has leído en tu vida del estilo de: ‘vientre plano en 10 días’, ‘elimina la grasa del abdomen para el verano’, ‘zumos detox para una tripa plana’, ‘adiós michelines’?

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El mundo tiene una cruzada contra la grasa abdominal desde hace muchos años y oye, en parte lo entiendo. El problema es que esa cruzada se ha centrado durante todo este tiempo en un motivo estético, en que lo bonito es ir a la playa con la tripa plana como una tabla de planchar y lo bien que quedan los bikinis de hilo dental si se te marca el huesito de la cadera. Y para conseguirlo puedes tirarte un par de meses a base de zumos o dejar de comer varias semanas, porque lo único importante es lucir TOP este verano.

Recomendaciones insalubres para cumplir con la norma estética y que ahora empiezan a disfrazar con palabras como ‘healthy’. Permítanme que dude que su método para bajar la grasa abdominal en 10 días sea más sano que mi michelín playero. Ni una cosa ni la otra, pero de la primera nadie se queja.

Captura

Después de tantísimo tiempo rodeados de vientres planos en medios y publicidad, nos ponen delante una barriga con volumen y nos dan taquicardias. No hace falta que sea un mondongo descomunal, basta que la tripica de la protagonista asome por encima de su ropa interior, que los comentarios de los haters llegan a pares. En muchas ocasiones barrigas sanotas, de chicas perfectamente saludables, preciosas, redonditas y totalmente achuchables.

Al menos así es como yo las veo. Las barrigas son algo natural que a TODOS nos acaba saliendo tarde o temprano, sin embargo les tenemos más miedo que a Voldemort con dos varitas. 

Preocupémonos de nuestra salud y olvidemos de una vez esa gilipollez de que todos debemos ser iguales. Y sobre todo, enseñemos a nuestros adolescentes (que son los más agresivos en este caso con este tipo de imágenes) que ellos también tendrán celulititis, barriga o calvicie dentro de unos años. Que todos somos humanos y TODOS merecemos el mismo respeto. Con barriga o sin ella.

En las fotos: Marie Southard Ospina