Hola, me llamo Carla, tengo 33 años y mi cuerpo a veces no me deja ser feliz. Las camisetas ajustadas me marcan la tripa y cuando voy por la calle me molesta que se me peguen al cuerpo con el viento. Sólo llevo shorts en la playa porque no me gusta sentarme y que se me marquen las lorzas de los muslos. Cuando llevo pantalones ajustados intento que las camisetas que me pongo sean anchas, porque no estoy a gusto cuando voy con ropa muy ajustada.
Cuando me siento tengo la sensación de que cualquier camiseta o camisa me marca la tripa, de que mi culo es demasiado ancho para muchas sillas, de que si la falda o el pantalón que llevo son muy cortos se me ve toda la celulitis. Si en la playa me siento me pongo el pareo para que tape los michelines y el paseo desde la toalla hasta el agua lo hago metiendo tripa todo lo que puedo. Cuando me hacen fotos separo el brazo del cuerpo para que parezca más delgado y aún estoy aprendido a encontrar la mejor postura para no ver mis fotos y decir ‘Por dios, qué horror, borra eso’.
Me preocupa que se me note la papada y siempre intento ir lo más estirada posible. Levantarme de la toalla en bikini es un suplicio y siempre digo que es mejor la ropa de invierno porque ‘yo gano mucho vestida’. Odio los pantalones de tiro bajo porque se me salen las lorzas y las faldas tipo lápiz porque al ser tan ajustadas se me marca la tripa. No llevo vestidos cortos porque no me gustan mis rodillas, ni camisetas escotadas porque tengo la sensación de ir enseñando demasiado. Odio mis ojeras y me cabreo cuando me ha quedado mal el pelo y no me gusta lo que veo cuando me miro en el espejo.
Todo esto parece una chorrada, ¿verdad?, pero en realidad es el día a día de muchas mujeres y niñas que no son capaces de aceptarse a sí mismas, de querer su cuerpo tal y como es, ni de valorar todas las cosas buenas que tienen y de no centrarse en las malas. Desde Weloversize luchamos cada día para que todas ellas puedan ver la belleza más allá de los kilos, más allá de aquellas partes de su cuerpo que no les gustan, más allá de los convencionalismos y los tópicos que nos han impuesto. Desde Weloversize queremos que todas ellas puedan pasear este verano en bikini por la playa sin hacer contorsionismo para levantarse de la toalla, sin dejar de respirar cada vez que salen del agua, sin preocuparse porque la chica que está tumbada a su lado es más delgada que ella.
Seguro que entre todas, nosotras las colaboradoras y vosotras las lectoras, conseguimos que todo este texto sea redactado en tiempo verbal pasado, en vez de en presente. Porque los complejos tienen que ser cosa de nuestra ‘yo’ de antes, intentemos que nuestra ‘yo’ de ahora se quiera y aprecie su belleza tal y como es.
