Ponerse rojo, dudar, pasarlo fatal… no sé si sois conscientes de lo que realmente sufre el cerebro de una persona tímida en determinadas situaciones. En esto de la timidez hay grados, hay gente que no se atreve ni a comprar el pan y otros que poquito a poco lo van superando y hasta la vencen a diario. Pero todos han pasado por momentos que -a los que no sois tímidos os parecen una chorrada- para una persona cortada pueden ser un ¡horror!

1. Ese momento en el que te cruzas con un conocido por la calle.

No hace falta ni que te caiga mal o que tengas algún problema con él, la vergüenza es patológica: compañeros de clase, de curro, conocidos, todos dan palo. No sabes qué decir, qué hacer, dónde esconderte, ¿y si te ve esconderte? qué palazo. Así que agarras el móvil y pasas cabeza gacha.

2. Cuando te presentan a alguien

Para empezar dar dos besos ya es una angustia, pereza máxima. ¿Se acercará el otro?¿ Me acerco yo? ¿Y si le doy demasiado fuerte? Y después a tener la típica conversación random, que para ti, tímida patológica, supone todo un reto

3. Cuando alguien te dice algún cumplido

Se supone que te tienes que sentir bien, pero entre lo roja que te pones y qué no sabes qué responder es una de las peores situaciones que puede vivir un tímido.

shy4

4. Participar en una conversación grupal

Primero, encontrar el momento adecuado de meterse, luego a ver qué dices, porque igual a alguien le parece una chorrada. Y cómo se te ocurra soltar algo gracioso, la tensión se te pone por las nubes. Imagínate que no se ríen, uff qué agobio. Los tímidos somos más de conversaciones a pocos.

5. Intervenir en clase o en una reunión

Venga. Pasapalabra.

Sudores fríos, pies inquietos, hilillo de voz. Pero el placer triunfal que se siente después lo compensa. Excepto si la gente se te ha quedado mirando con cara de besugo en plan ¿esta quién es? Entonces es cuando te planteas en serio, hacer más ejercicios de superación de la vergüeza.

 6. Cuando te quedas sola en un bar porque se han ido al baño

Van a ser los cinco minutos más angustiosos del día. No puedes evitar pensar que tienes un aspecto de pringada máximo. Y desde luego te pasas el rato rezando para que no aparezca alguien medio conocido y tengas que mantener una conversación de ascensor.

shy

7. Ligotear, ese reto

Todos los problemas multiplicados por mil. Tus amigas no entienden que tu táctica de ligue sea quedarte en una esquina observando a tu fichaje, pero tú confías en que algún día dará sus frutos.

8. La gente que no comprende a los tímidos

Mola que tus amigas te ayuden a superar situaciones o que tu hermana pequeña se niegue a pedir las chuches en la tienda por ti. Pero no mola que se rían de ti cuando te pones roja o te den la caca con que NO ENTIENDEN cómo no te atreves a hablarle a ese tío.

shy3