La verdad es que no estaba siendo un buen día, la verdad es que tenía ganas de saber de él, la verdad es que a pesar de que me había dicho a mi misma una y otra vez que no valía la pena volver a hablarle, porque él no mostraba casi interés…lo hice, le hablé. Necesitaba saber, necesitaba preguntarle  a qué tenía miedo, si realmente no le gustaba, si me estaba volviendo loca pensando que se sentía atraído por mí. Sí, soy así de masoca, hasta que escuece no escarmiento ¡¡¡arggggggggggg mierda de autoestima!!!

Entonces fue cuando me soltó la bomba:

– ¿Quieres un abrazo? Tengo el  coche fuera y puedo ir hasta ahí.

– Quiero dos – aseguré y le mandé mi ubicación.

‘Me voy a sacar el pijama’ le dije por mensaje. ‘Deja que ya te lo quito yo’, contestó. Creo que cada célula de mi piel hizo la ola. Volver a sentirse así era genial, hacía tanto tiempo que me sentía tan apática, que había enterrado la pasión entre kilos y kilos de cemento, de ladrillos, de muros y muros de desidia….

Llegó y me dijo ‘ven aquí’, y…me dio un abrazo (el primero). Yo llevaba una pinta horrible, me puse una sudadera y unos vaqueros, sin maquillar, casi sin peinar, ni siquiera me paré a ponerme sujetador (mierda, lo va a notar, pensé). Decidimos ir a tomar  algo al primer sitio que estuviera abierto.

Couple-hug
Ven aquí…

Aparcó y bajamos  del coche, me abrazó (el segundo), de pie los dos y él tan alto y grande, me sentí protegida, ya se ya se….soy una moña…pero me sentí tannn bien. En ese  momento quise quedarme ahí para siempre, se estaba muy agustito.

Tomamos café y hablamos de tonterías, él no pregunta, nunca pregunta, ni sobre mí, ni habla de él, solo cosas superficiales. Qué más da, me gusta estar con él. Me dice algo de un mirador y le digo que hay uno justo yendo de vuelta para mi casa. Hicimos la paradita en el mirador así que pensé: bueno ahora nos vamos a besar y va  a ser suuuuuuper  romántico, aquí tan idílico, con estas vistas.

PERO NO. Ni me besó, ni me tocó, ni sacó un palo para hacerlo. Mi gozo en un pozo, mi chichi dando palmas de vuelta al hogar.  Un par de abrazos más y a dormir, aguantándome las  ganas y sintiéndome la pagafantas más grande del mundo mundial.

Ahora sí que necesito un abrazo para superar esto
Ahora sí que necesito un abrazo para superar esto

Conclusión: lo de abrazar no era metafórico, no era una excusa para después darme lo mío y lo de mi prima. Lo de abrazar ERA VERDAD. Al próximo que venga solo a abrazarme le doy con el bolso en  toda la jeta, lo juro por Ryan Gosling.

Autor: Leila