Como licenciada en Filología Hispánica que es una, sé perfectamente que la palabra «mi», en la frase «Fulanito es mi novio» o «Menganita es mi novia» es un determinante posesivo, es decir, que indica posesión. Pero la vida real no tiene nada que ver con la gramática, y por mucho que el profesor de lengua nos haya aburrido en sus clases de sintaxis con el mi mío, tu tuyo y su suyo, MI pareja no es MÍA, TU pareja no es TUYA, y SU pareja no es SUYA.

La esclavitud se abolió, cariño, y poseer a una persona es totalmente ilegal. Así que no trates de justificarte cada vez que te vuelvas loca porque sientas tu relación amenazada. Todos tenemos miedo a que nos roben, yo creo que es algo totalmente normal. Tener cosas nos hace sentir más seguros y cuando nos las roban no solo nos duele la pérdida, también nos duele la traición o la injusticia que se ha producido. Esto es mío, yo me lo gané, yo pagué por él, mi dinerito me costó, y no es justo que venga alguien y se lo lleve. Tienes toda la razón, por eso robar es un delito.

Pero no creo que tú hayas tenido que pagar por tu pareja. No creo que fueras al Primark una tarde y en la cola de pagar, entre los calcetines y pañuelos de papel con dibujitos de flamencos rosas, hubiera un grupo de personas esperando a tener una relación con alguien.  Supongo que os encontrasteis, os gustasteis, empezasteis a conoceros y al final os enamorasteis. Y en ningún momento nadie firmó un contrato para pasar a ser propiedad del otro. Los dos seguís siendo dos personas libres, que libremente eligieron comenzar una relación y que, si seguís juntos, es porque los dos lo queréis (o porque a los dos les interesa, que es verdad que algunas relaciones son un poco… oscuras).

No me gustan nada los celos, ni siquiera cuando los siento yo. Siempre trato de razonar con la mente muy fría para hacerlos desaparecer, porque es verdad que por muy bien que tenga una la cabeza a veces a todos nos viene el ataquito de QUE ME LO QUITAN DE LAS MANOS. Y los celos, mal, pero lo que sí que no soporto es la gente que los justifica y que cree en ellos firmemente. Por no hablar de esos que piensan que si no hay celos es que no hay amor. Mira, es que ni me paro a desmontar este mito de mierda porque para mí, la gente que piensa eso, ya está perdida. Que los arregle un psicólogo, que para eso están, pero a mí que no me toquen los cojones.

Tendemos a pensar que las relaciones traen consigo estabilidad. Que teniendo pareja ya te puedes relajar, porque «ya está», ya la tienes, ya es tuya. Y como es tuya, tienes derecho a protegerla y, sobre todo, a sentirte amenazada por situaciones de lo más cotidianas, como que un desconocido se fije en tu pareja o que un exnovio aparezca de repente, cosas que no dejan de ser parte de la vida misma, no tienen nada de injusto ni son ningún delito. Porque, en general (porque sé que hay casos que sí, pero igual que no te roban el móvil todos los días ni te han robado todos los móviles que has tenido, tampoco esto te va a pasar todos los días de tu vida) nadie quiere levantarte a tu pareja. 

Pero a ti poco te falta para liarte la manta a la cabeza y montarte una película digna de sábado por la tarde en Antena 3. Pues mira, sinceramente, peor para ti. Si quieres sufrir por el mero hecho de tener una relación, allá tú. Yo solo te recuerdo una cosa: deberías estar de lo más tranquila, porque, como tu pareja no es tuya, ¡nadie te la puede robar! No existen los ladrones de parejas, organizaciones criminales que se dedican a vigilarte para robártela al primer descuido y luego venderla en un mercado negro a otras personas que se sienten muy solas.

Lo repito para que quede claro: nadie puede robarte a tu pareja. Tu pareja no te pertenece y es libre de hacer lo que quiera. Es libre, como lo eres tú, incluso, de cagarla o de comportarse como un subnormal. Si se va, es su problema, no el tuyo. Si ya no siente nada por ti y prefiere estar sola o con otra persona, es su problema, no el tuyo. Si se queda, valórala, y no estropees lo que tienes por no ser capaz de controlar tus miedos. Porque eso es lo que son los celos: la señal de que estás cagada y encima no sabes afrontar el acojone que tienes encima.