Hola a todas, necesito pediros consejo sobre una amistad de mucho tiempo que no sé si cerrar o darle una última oportunidad de que no muera.
Mi amiga y yo hemos estado juntas desde hace más de diez años, hemos pasado parte de la infancia, toda la adolescencia y unos años más juntas. Nos teníamos mucho cariño, pero yo me volcaba mucho más en la relación aunque no siempre me correspondiera. Es una persona muy insegura y muy perdida en la vida. Yo cargaba con sus problemas, sus complejos, relaciones tóxicas que tenía, su falta de expectativas de futuro y no me daba cuenta de que ers una relación desigual. También ha sido inestable y ha tenido temporadas de ser muy dependiente y otras de no hablarme en meses porque se olvidaba de la gente y se encerraba. Mientras otros amigos se iban cansando gradualmente, yo siempre me quedaba esperándola y se me olvidaba todo cuando me recompensaba con un abrazo y una noche de chupitos.
Aun con eso, hace dos años dejamos de vernos y prácticamente de hablar. Sucedió justo después de que tuviera que dar la cara por ella con un ex violento que le acosaba por haber empezado a salir con otro chico. Una vez más, porque no era la primera vez que arreglaba un problema de ese tipo, estuve a su lado, me abrazó, me dio las gracias por cuidar de ella y no volvió a piner interés. Intenté quedar con ella varias veces y hablar en esos dos años, pero me frustré de tantas evasivas y tanto desinterés por su parte. Jamás me dijo que tuviera un problema, ni fue poco a poco. Me dolió muchisimo y pensé que estaría obsesionada con el novio al que se enganchó y que no me necesitaba. Traté de asumir el rechazo y con el tiempo lo tapé.
Este mes, por mi cumpleaños decidí montar una fiesta en casa e invité a bastantes amigos. Cuando vi su contacto, no pude evitar intentarlo, ¿qué me costaba recibir otro no y darla por zanjada? La invité y no solo aceptó entusiasmada, sino que dijo que me echaba de menos y quería que volviéramos a estar en contacto. Sabía que nuestra amistad no había sido tan buena como creía, pero me ilusioné pensando que esta vez si tendríamos una amistad más madura y que el reencuentro iba a cambiar las cosas para mejor. Asistió a mi fiesta, estuvo un rato y a la hora se marchó. Me dijo que se había agobiado con las 8 personas que estábamos y más siendo algunos amigos comunes con los que ella había cortado el contacto sin ninguna explicación. Nadie se lo recordó y no vi si estaba con ansiedad o no, pero me dolió que huyera de esa manera. Fue una decepción ver que no había cambiado a mejor y que tampoco me diera una explicación de por qué dejó de hablarme.
Ahora quiere que nos veamos el domingo para unas cañas y tengo serias dudas con ellas. No sé si me vale la pena intentarlo. La sigo queriendo, no puedo negarlo, pero ya me pesa más la decepción y el dolor acumulado. Habría querido que después de tantos años y tanto vivido juntas me diera una respuesta, aunque esta fuera: «no siento lo mismo por ti, ya no funciona». Tampoco quiero volver a lo mismo de antes, quiero una amistad en la que el cuidado sea mutuo y ya no quiero ser su dique de salvación cuando se aburre o se siente sola pero que el resto del tiempo me olvide.
Quiero decirle claramente que me ha hecho daño y que no se ha comportado bien conmigo. Lo necesito para poder cerrarlo o empezar de cero. No sé qué decir, pero siento que si no lo digo, me arrepentiré.