Os cuento: resulta que el que era mi novio y yo lo dejamos a principios de año, y desde entonces me he dejado caer por alguna que otra aplicación de ligoteo del estilo Tinder, Badoo etc. No es la primera vez que las uso, ya que de hecho conocí a través de una de ellas a esa ex pareja, con la cual mantuve una relación de casi seis años (ni tan mal, oye).
Bueno, a lo que voy, que me lío. Que desde entonces hasta el día de hoy he conocido y quedado con unos cuantos chicos, pero con ninguno he conseguido mantener la “relación” que a mi me hubiera gustado, que sería algo así como un follamiguismo.
El caso es que hace unos tres meses conocí a un chico. Desde el minuto cero que empezamos a hablar el feeling entre ambos fue increíble. Tanto, que a los dos o tres días de empezar a hablar, decidimos (bueno, más bien surgió un poco de repente) quedar para conocernos.
#Inciso: cabe mencionar que somos de ciudades diferentes, separadas por unos 100 km aproximadamente.
Prosigo. Para ese primer encuentro fue él quien se desplazó. Cuando llegó, y tras una primera toma de contacto nos fuimos a cenar, luego a dar un paseo por el centro de la ciudad y, a continuación, pasó lo que tenía que pasar ya que la tensión sexual existente entre ambos durante toda la velada había sido cuanto menos palpable.
Tras esa primera cita, por llamarlo de alguna manera, seguimos en contacto (y tan en contacto).
Nuestra situación actual es la de follamigos (o eso creo, porque ya no lo tengo yo muy claro): quedamos (suelo ir yo a su ciudad, ya que yo vivo con mis padres y él solo en su pisito), nos encerramos en su casa y bueno… pues a darle a tu cuerpo alegría Macarena all day, all night y gran parte del día siguiente, hasta que me pillo un tren de vuelta a casa.
El meollo de la cuestión es que me está empezando a gustar fuertecito, y de hecho hay algún que otro detalle por su part que me lleva a pensar que no es que yo tenga la percepción de la realidad alterada, o que esté loca ni mucho menos…
Hablamos todos, pero TODOS los días. De hecho suele ser él quien me habla primero. Que si “cielo”, “preciosa”, “chiqui”.
Es súper cariñoso conmigo. Me explico; no quedamos, follamos sin más, nos vestimos y hasta luego Maricarmen. Que si abrazos, caricias, besos, mimos, cucharita, cocinar juntos, ver pelis/series enroscados en el sofá…
Por otro lado, la última vez que quedamos no hubo encierro inminente en su casa como siempre hasta el momento, sino que bajamos a cenar y a tomar algo con algunos buenos amigos suyos (les habló de mi, de que iba a quedar conmigo, y éstos le dijeron que me comentase lo de bajar con ellos a dar una vuelta, a lo que yo dije que sí). Y no sé, llamadme loca, pero yo no suelo ir presentando a cualquier rollete a mis amigos ni mucho menos, por lo que en sí, me pareció un puntazo importante.
Igualmente presté atención a como se comportaba conmigo delante de ellos. Pensaba que estaría… no distante, pero tratándome más de colegueo, de amiga. Para mi sorpresa, ocurrió todo lo contrario: de la mano constantemente, abrazados, cortándose poco o nada en besarme y en dar muestras de cariño.
Y bueno, desde que empecé a sentir cositas chachis por él, no dejo de pensar en que al principio de todo de conocernos, como que ambos dejamos claro qué queríamos y qué estábamos buscando y qué no. Yo, después de una relación tan larga, le dije que lo que menos buscaba era meterme en otra. Pero vaya, que eso no es algo que se busque o no, simplemente surge. Aunque, de entrada, mi idea no era esa.
Por su parte, él me dijo lo mismo; que acababa de salir de una relación también considerablemente larga y complicada, y que tampoco buscaba meterse en otra de cabeza, aunque podría ser que quizás sí a la larga.
A parte de que lo que ambos nos dijimos era verdad, también creo que es la típica conversación que tienes cuando conoces a alguien (sobre todo tal y como nos conocimos nosotros) para no espantarlo hablando de un compromiso inminente. En mi cabeza no paro de pensar que esta es una conversación que debemos volver a tener, ya que desde que lo hablamos ha cambiado todo mucho. No sé ni cómo ni cuándo sacarla… quizás espero un par de meses más y entre tanto sigo con él como hasta ahora.
Bueno, decir que con tal conversación tampoco espero ponernos los anillos ni que tenga que acabar en ningún tipo de compromiso. Me basta con que sirva para aclarar un poco la situación: saber en qué punto está él, en qué punto estamos, si realmente para él soy sólo cuatro polvos o si existe posibilidad de llegar a algo más.
En fin, después de semejante testamento…: ¿qué os parece? Necesito una opinión objetiva, porque, como dice La Vecina Rubia, me estoy haciendo ilusiones y me están quedando preciosas, pero tengo miedito a darme de bruces y comerme el chasco padre.
Mis amigas me dicen eso de “tiempo al tiempo”, y que no me agobie queriéndole poner nombre o etiqueta a lo que tenemos, que me deje llevar y que ya se verá al final la cosa como acaba. Que no me monte películas, ni le de más vueltas al asunto; que disfrute de lo que tengo y de lo bien que estoy y estamos. Pero la verdad es que no puedo evitar pensarlo y seguir dándole vueltas.
Y bien, ¿cómo lo véis?.
¡Gracias y un abrazo!