Yo te entiendo perfectamente, entiendo lo que piensas y lo que sientes, pero no deberías ni juzgarle, ni insistirle. En mi opinión, claro.
Yo te hablo desde el otro lado de la balanza. En general, soy una persona que come bien, que no toma fritos, ni congelados, ni precocinados, ni refrescos (ni siquiera la versión zero). Pero me pierde la cerveza. Y las salidas sociales (a comer, a cenar, a probar nuevos tipos de comida etc…). Con lo que en cuanto hago lo que me gusta y disfruto de la vida, engordo. Para adelgazar, tengo prácticamente que dejar de tener vida social, y es un poco complicado.
Sin embargo, antes de llegar a este punto, en el que me sé la teoría y sé lo que debo comer y lo que no, pasé años comiendo como él. Y llegué a ser obesa mórbida. Comía como el culo, y no era consciente de cómo me alimentaba, ni de las cantidades que comía (a mí me parecía que no comía tanto, la verdad). Ya no sólo era la cantidad, sino la calidad. Y los picoteos entre horas. Y cosas así. No disfrutaba comiendo, para mí comer era una tarea por la que había que pasar. Estaba muy acmoplejada por mi peso, y prefería no pensar en la comida. Pero no podía ni ver una hoja de lechuga. Si alguien hubiera venido a decirme que lo estaba haciendo mal (que lo estaba haciendo fatal, lo sé), y que me iba a ayudar a adelgazar, me hubiera puesto muy a la defensiva. Evidentemente, no me gustaba ser gorda, pero no quería que nadie tocara el tema, ni que me ofrecieran ayuda ni nada por el estilo. Eso me hacía sentir que el problema era GIGANTE y que me estaban humillando.
Un día, afortunadamente, el cerebro me hizo click y decidí que no podía seguir así. Me informé y me puse a dieta por mis propios medios, porque no quería ni que me viera un endocrino hasta que no tuviera un peso normal (que no fuera, al menos obesidad mórbida). A base de intentar adelgazar (y lograrlo) aprendí a comer, aprendí a disfrutar incluso de las verduras (que no podía ni verlas de lejos). Y cambié mi forma de pensar, asumiendo que o como sano y no me despisto, o en un plis vuelvo a ser obesa mórbida.
Ahora estoy gorda (siempre lo estoy, pero he engordado bastante el último año, como 15kg), pero ando moviéndome entre sobrepeso por los pelos y obesidad. Sigo igual de acomplejada que cuando pesaba más de 40Kg más que ahora. Exactamente igual de acomplejada. Odio la playa, odio ponerme en bañador, odio el agua. Yo también pongo excusas. Yo también uso las chaquetas hasta con 40 grados de temperatura. Si puedo evitar ponerme manga corta, lo evito. Y eso es algo que sé que tengo que trabajar (y estoy en ello), pero ese tipo de complejos no se van perdiendo peso. Yo también odio viajar a sitios cálidos y tiendo a ir donde hace frío porque me puedo tapar más. Y también intento no desnudarme del todo en la cama. Y todo eso es independiente de mi peso. Me pasa cuando peso 65Kg y cuando peso 85Kg o cuando pesaba 125Kg.
Con esto quiero decirte que los complejos que tiene no se van a ir consiguiendo que adelgace. Hombre, hay gente que de pronto se ve bien y se le pasan todos los males, pero es raro. Aunque pierda peso, no va a querer desnudare, ni ir a la playa, ni viajar a lugares cálidos, ni prescindir del abrigo. Eso es un problema de autoestima, no de peso. Y en cuanto a adelgazar, uno tiene que decidirlo por sí mismo, y cuanto más te tocan las narices con el tema, menos ganas tienes de ponerte a perder peso. Creo que insistirle o decirle algo sería contraproducente. Y sí, es por salud en este caso, pero tocar las narices a la peña hace que se enfade, que se ponga a la defensiva y que lo pague comiendo en un montón de casos.
Yo sé que he engordado por levantar la mano, y por vivir la vida, y sé que debo parar y volver a controlarme, al menos hasta que haya perdido el peso que he cogido. Pero a veces la vida te pone zancadillas y no es el momento. Adelgazar es como dejar de fumar, tienes que estar mentalizado y en un buen estado mental en el que no te afecten otras cosas. Al menos al principio. Si tienes estrés, ansiedad por una baja autoestima, problemas en el trabajo, o una novia que te insinua que deberías cambiar tus hábitos y perder peso (¿puede ser que ya no le guste? ¿estará pensando en dejarme por otro tío más buenorro, más musculoso y más delgado?) sólo hace que te sientas peor y lo pagues comiendo. Sentirte juzgado cuando estás gordo y te afecta a la autoestima es horrible. Y aunque sabes que lo que haces sólo empeora el problema y mañana vas a estar peor, no puedes parar de hacerlo. La comida proporciona placer, aunque sea a corto plazo y luego te genere otros sentimientos. Los gordos, normalmente, tenemos una mala relación con la comida. No podemos normalizarla. Cuesta mucho no ponerte hasta arriba el día que levantas la mano, porque «ya que hoy me he pasado, aprovecho y mañana retomo». Porque sabes que todo te engorda, que tienes que privarte de todo… Es difícil de explicar a alguien que no tiene que sentirse culpable por comer lo que le da la gana porque está en su peso y se puede mantener.
A mí me pasa con mi pareja. Él está bastante delgado y come lo que le da la gana. Cuando vamos a comer fuera se come su postre y el mío. Come sano, desde luego, pero si un día se quiere meter un plato de croquetas se lo mete y no piensa en lo que ha hecho. Eso hace que su cabeza no le cree ansiedad por las croquetas. Y se come las croquetas que le apetecen, y si le sobran porque ya está lleno, no sigue. Y si se come dos postres un día, otro día compensa porque «no, que el otro día se me fue la olla», pero se corta poco. No tiene problemas de autoestima, ni tiene problemas de peso. A veces engorda unos kilos y en una semana de controlar un poco (MUY poco), los ha perdido. Nunca me ha dicho nada sobre mis hábitos, ni sobre mi peso, cosa que le agradezco. En general, me cuido y si un día salimos y me bebo seis cervezas, espero que ni se le ocurra insinuarme que eso no es sano. Ni que necesito hacer más deporte. Y eso que le he oído hacer algún comentario de ese tipo con respecto a alguno de sus amigos. Y me rechinó horriblemente. A fin de cuentas, estoy gorda y fofa, y el es capaz de subir muchas más escaleras que yo, pero en la cama, tengo yo mucha más flexibilidad y resistencia, ya ves. Y hará pesas y todo lo que quieras, pero yo tengo más fuerza, aunque mi músculo esté escondido entre un montón de grasa, porque he hecho mucho deporte, y muchas pesas, y nunca he estado tonificada, pero quieras que no, en algo se tiene que notar. Estoy en un momento de mi vida en que no me apetece hacer deporte, ni apuntarme a un gimnasio (después de haber sido adicta al gimnasio y al deporte), y sólo pensar en ello me genera muchísima ansiedad, así que si me viene alguien diciéndome que podría hacer más bici, salir a correr o apuntarme a un gimnasio, le muerdo un ojo.
No sé, es un poco déjame en paz, yo sé lo que tengo que hacer y si no lo hago no es porque no quiera, sino porque NO PUEDO. Y por mucho que me comas la oreja y me insistas y me des por culo, no voy a cambiar de opinión, porque mi cabeza está en otro sitio. Yo he cometido el error de insistir a ciertas personas hasta la saciedad con que dejaran de fumar, que es malísimo y tal y cual, y ¿crees que me hicieron caso? Sólo generaba broncas y malos rollos. Y un buen día les cambió el chip y lo dejaron. Sin más. Y sin mi ayuda. Y sin mis broncas. Y sin mis comentarios. Y sin mis juicios.
Lo mejor que puedes hacer por él es apoyarle sin juzgar. Si tiene un problema de autoestima, hacerle buscar ayuda para superarlo. Y con esa ayuda, puede que le cambie el chip y empiece a quererse más y quererse cuidar, y verse mejor. Y entre en ese bucle «bueno» de adelgazar y abrazar la vida sana porque le hará sentirse mejor consigo mismo. Por él, no porque nadie se lo diga. Yo hace tiempo que dejé de adelgazar por los demás, y empecé a hacerlo por mí misma. Es de la única forma que funciona.
Si mi pareja viniera a criticar la forma en la que como, que no siempre es perfecta, sobre todo cuando estoy con él, porque implica salidas, cerveceo, tapas y mierdas, o a insinuarme que hiciera más deporte, lo pasaría fatal. Por mis problemas de autoestima pensaría que no me quiere así, que desea cambiarme y que se avergüenza de mí (por mucho que tuviera las mejores intenciones del mundo en su mente). Y empezaría a decirme que si no me quiere gorda, no me merece delgada, porque yo soy yo independientemente de mi peso y entraría en un bucle bastante autodestructivo que acabaría por afectar a nuestra relación.
Ten cuidado y mano izquierda. Sólo te puedo decir eso. Puedes tener las mejores intenciones, pero hacer mucho daño y que todo tenga los resultados opuestos a los esperados.