Recuerdo perfectamente el día en que decidí hacer mi vida un poco más complicada, pero drásticamente mejor. No fue elegido por nada en concreto, ni me levanté por la mañana sabiendo que ese día sería EL DIA. Con un gesto tan sencillo como no ponerme pavo en las tostadas del desayuno, empezó todo. Y sin darme cuenta, había pasado una semana sin carne ni pescado. ¡Qué fácil ha sido! Pensé. Ilusa de mí, no sabía que lo peor estaba por llegar, ese viernes tenía cena con amigos. ¿Qué cómo me fue? Sólo os diré una cosa: bendita la hora en la que el hummus se puso de moda.

Hummus

Pasaron las semanas y mi aburrimiento con la comida empezó a aflorar y mi vida social a disminuir. Mi falta de tiempo y mi desconocimiento sobre mi nueva forma de vida, hicieron que más de una vez estuviese a punto de arramplar con todo el jamón serrano de mi nevera. Tener una familia no vegetariana no ayudaba mucho, la verdad y eso que han sido los que más me han apoyado. Durante meses pasé por todas las fases posibles: hacerle el mes al Corte Inglés comprando allí las hamburguesas vegetales, cocinar el seitán más feo e incomible del universo o alimentarme a base de ensalada de pasta porque me había organizado la compra como el culo. Pero de los errores se aprende y aunque a mi me costó casi medio año organizarme, a día de hoy, como infinitamente mejor y más variado que antes. Así que os voy a dar un consejo de veterana en hacer pardilleces: leed, leed mucho.

Lisa
Pero como sé que el contenido en internet sobre la transición al veganismo es infinito, os voy hacer un kit de supervivencia básica, para todos los que como yo, queráis vivir en paz con los demás o simplemente, probar nuevas opciones por mera curiosidad. Aviso: Existen tropecientos productos molones, pero por mi reciente conversión, todavía no los he probado todos, por lo que esta lista resume los básicos que YO uso a diario.

 

SUSTITUTOS CÁRNICOS

Soja texturizada : durante mi época omnívora era muy aficionada a hacerme hamburguesas caseras y era de las cosas que más echaba de menos. Descubrir este producto supuso un antes, ya que sustituye perfectamente a la carne picada. ¿Un consejo? Si como a mí, no te convence mucho su sabor original (tiene un regusto a cereal) en vez de hidratarlo en agua, puedes hacerlo en soja o tomate frito. También es recomendable que os hagáis con un molde para hamburguesas, os facilitara la tarea no os cuento como.

Seitán: Otro sustituto para veganizar platos como los Nuggets de pollo, filetes empanados o guisos. Su consistencia es bastante buena y tiene la ventaja de que es muy fácil de cocinar, ya que no requiere más tratamiento que el del sabor que le quieras dar. Funciona genial con curry, sojas dulces o sofritos de verduras. Nota: Si no sois muy cocinillas, dejad lo de hacer vuestro propio seitán para más adelante. La primera y última vez que cociné el mío, pensé que había dado vida a un mutante deforme, que iba a comerse a toda mi familia.

Tofu: Aunque es el más conocido de todos, en mi caso no es el que más consumo, ya que tengo muy mal comer y todo lo que tenga textura un poco gomosa me da repelús(es como el queso de burgos para que os hagáis una idea aproximada). Pero he de decir a su favor, que aparte de tener mogollón de nutrientes y gran cantidad de esas proteínas por las que todo el mundo nos pregunta, es muy versátil y perfecto para dar consistencia a diferentes preparados.

SUSTITUTOS LÁCTEOS

Leche vegetal: De soja, de arroz, de anacardo, de coco, de almendra, de cáñamo… Esto es un mundo aparte, cada una con sus diferentes propiedades y usos. Vamos, que me rio yo de los expertos en aceite de oliva. Así que para que os aclaréis los cacaos mentales os voy a resumir las principales un poquillo.

Soja: La más conocida de todas por su versatilidad. Eso sí, cuidadin con preparados calientes ya que tiende a cuajar.

Arroz: Perfecta para usos en crudo y postres ligeros. No recomendable para ligar ni para bebidas calientes ya que su consistencia es muy líquida.

Cáñamo: Es muy muy cremosa y con un sabor fuerte, por lo que yo la uso siempre para platos salados.

Anacardo: Por lo que he podido comprobar, es la que mejor funciona a la hora de elaborar postres que requieran horno.

Avena: Muy densa y cremosa, ideal para ligar y hacer salsas y platos cremosos. Eso sí, no lo recomiendo para postres.

Almendras: Es la que más uso, tanto para beber como para cocinar postres , ya que tiene un sabor dulzón que queda genial.

Avellanas: Consistencia ligera, por lo que la recomiendo para salsas y para beber.

Coco: Podría pasar perfectamente por leche desnatada.

SUSTITUTOS DEL HUEVO

Harina de garbanzo: Con esto hago la famosa tortilla de patata de la discordia. Es mi producto estrella para prescindir del huevo y lo más genial es que su preparación es tan simple como añadirle agua. Consejillo: Si sois de los que os gusta jugosa, probad a añadirle un poco de leche vegetal.

No egg:  Lo descubrí gracias a una simpática lectora que comentó el post sobre veganos. Si me estás leyendo: ¡Gracias infinitas! ¡Es la monda! Se prepara igual que la harina de garbanzo y lo curioso es que su sabor es bastante parecido al de un huevo.

Hasta aquí, mi lista de básicos diarios. Pero diréis, ¿y el queso? Tranquis, no me he olvidado. El queso directamente lo compro hecho, ya que he sido incapaz de hacer uno que fuese comible  sin liarla pardísima y crear al amigo mutante del seitán casero. Asumidlo desde ya, el 90% de los quesos vegetales que vais a probar por ahí, son un maldito castigo. Durante los meses que duró mi búsqueda del queso  perfecto, (porque por mis ovarios que yo encontraba un sustituto digno), castigué a mis papilas gustativas con todo tipo de plastilinas saladas. Y cuando ya había abandonado toda esperanza, el karma dejó de darme la espalda y se cruzó en mi camino la metadona de cualquier adicto al queso: Divina Teresa. ¡Y tan divina! Ya podéis estarme agradecidos porque no sabéis la cantidad de porquería que os he evitado probar.

 

Nota: Para todos aquellos que se van a tirar como posesos a criticar que no hablo de suplementación, os aclaro que este no es un post nutricional. Simplemente, es una lista básica de los productos que he empezado a incluir en la cocina y que me facilitan la vida. Puedes quererlos usar todos o sólo probar sustituir el huevo de vez en cuando.