1. Solo serás realmente feliz si encuentras a tu media naranja.
¿Y si os digo que además de naranjas hay peras, manzanas y plátanos bien ricos que pueden hacerte inmensamente feliz? Nos han hecho creer que solo existe una fórmula para estar pleno, y eso solo sucederá si pasamos mil años junto a la misma persona y eso no solo es mentira, sino que provoca que muchas personas tengan miedo de separarse de sus parejas por sentirse fracasados.
Hay muchas personas en el mundo que pueden cumplir tus requisitos y expectativas. Olvídate de la media naranja, tienes un frutero completo ante ti… ¡disfrútalo!
2. Si no tiene celos, no está enamorado.
¿De verdad todavía seguimos con esas? Pues sí, parece que sí. Otra de esas mentiras que nos han inculcado y que aunque parecía obsoleta está volviendo a resurgir entre nuestros jóvenes. Las parejas sanas se construyen sobre la libertad y la confianza, no sobre la inseguridad y el miedo. Si se pone enfermo al ver que sales con amigos o desconfía de ti hasta el punto de vivir obsesionado, no solo no te quiere, sino que es peligroso. ¡Huye!
3. Tu pareja tiene que completarte.
¿Acaso a ti te falta algún miembro sin el cual no puedas vivir y necesitas de alguien para respirar? No, ¿verdad? Pues ya está. Tú eres un ser completo en ti mismo, y en tal caso encontrarás a alguien que te complemente, no que te complete. Son dos cosas totalmente diferentes.
4. Tu pareja tiene que ser tu mejor amigo.
Pues mira, en algunos casos será así y en otros no. Cada relación es un mundo y pretender que todas sean iguales es absurdo, además de aburrido. Tu pareja será lo que tú quieras que sea, y no lo que te dicen que debe ser.
5. El amor todo lo puede.
Mentira cochina, once again. A veces dos personas se quieren muchísimo pero son incompatibles, o viven lejos, o sin incapaces de mantener la pasión. El amor es precioso, pero hacen falta más cosas para que una relación funcione. Las parejas tienen que remar siempre en la misma dirección, y sino es así, el amor no es suficiente.
6. El sexo ha de ser siempre increíble.
Aquí ya me da la risa. Y es que todos los que hemos tenido varias parejas estables sabemos que esto es una utopía maravillosa, pero que la realidad dista un poco y tampoco pasa nada. La cosa suele ir por épocas y la importancia que se le de depende de cada pareja. Hay quien no puede vivir sin sexo y necesita mantener la pasión del principio, y otros prefieren el calor de la rutina y la confianza del paso del tiempo. ¿Significa eso que unas relaciones son mejor que otras? Pues no, obvio.
7. Cuando la euforia muere, muere la relación.
Un poco en concordancia con el punto anterior, parece que cuando mueren las mariposas del estómago ya no hay nada que hacer y debemos de ir descargándonos el Tinder para encontrar nuevo maromo. Hay gente que vive permanentemente enganchada a esa sensación de novedad inicial, no digo que no, pero para la mayoría no importa en absoluto cambiar la sonrisa boba del principio por una estabilidad y complicidad que aportan entre otras cosas, mucha paz. Una vez mas, depende de tus prioridades en la vida, pero una relación puede ofrecerte muchas más cosas que noches de euforia y nervios por ver a la otra persona.
8. Si estás enamorado no pueden gustarte/ponerte otras personas.
Miren ustedes, yo voy por la calle y se me salen los ojos de las órbitas con según qué maromos. Eso no quiere decir que no ame a mi pareja con locura, y de hecho estoy segura de que a él también le hace tilín más de una. La clave está en darle a esto la importancia justa y llevarlo con naturalidad. No por estar en pareja se nos capan el resto de sentidos y seguirá habiendo señores que huelan muy rico y señoras atractivas a las que es imposible no mirar.
9. Cuando conozcas al amor de tu vida lo sabrás al momento.
A ver, todos conocemos alguna historia como la de mi abuelo, que siempre contaba que vio por primera vez a mi abuela en la universidad, y cuando se la cruzó, la señaló y le dijo a sus amigos: ‘mirad, esa es la mujer con la que me voy a casar’. Es precioso, pero yo creo que fue más casualidad que otra cosa que mi abuela también le diera bola y todo acabase en boda y 8 hijos. Eso al menos no es lo habitual. Lo más lógico es que una persona te pueda entrar por los ojos, pero no sabrás si realmente encajas con ella hasta que no la vayas conociendo con el tiempo. Puede incluso que conozcas a alguien que de primeras no te gusta nada, pero que te vaya ganando poco a poco hasta que el día menos pensado estés pillada hasta las trancas. Been there.
10. El culmen de toda relación es la boda.
¿Es que acaso quien no se casa es porque se quieren menos que los que sí lo hacen? Pasar por el altar es una decisión como cualquier otra. Hay quien lo hace por postureo (y tener fotos cuquis para Instagram), otros por temas legales e incluso quien quiere beneficiarse económicamente de la fiesta. En mi opinión, las bodas se han convertido en algo que tiene mucho que ver con lo de fuera y poco con lo de dentro. Ni casarse (ni tener hijos) es el culmen de una relación y es que yo creo que el verdadero objetivo de una pareja es ser felices cada día que paséis juntos, sean 10 o sea toda una vida.