Soy una hater del verano. Lo digo abiertamente.

Odio el calor, odio sudar por el simple hecho de parpadear, odio los vestiditos, las sandalias, los chiringuitos, el tinto de verano y el roce de mis muslos. No me gustan las terrazas, ni el sol, ni las playas.
Siempre he tenido la firme creencia de que la gente confunde el concepto “vacaciones” con el verano, es imposible que a todos les guste tantísimo morir de deshidratación y no poder dormir por la noche porque el termómetro no baja de los 30º.

Pero el otoño/invierno… ¡Ay!… El otoño/invierno es todo lo que espero durante los horribles meses de verano, ¿por qué?

1- El calzado de invierno es mucho más bonito. Adoro las botas y botines y no tener que estar hidratándome cada cinco minutos esos talones secos  veraniegos que podrían decapar una cómoda de madera maciza de una pasada.

2- Puedes llevar faldas sin miedo a que se te vea hasta el DNI por una ráfaga de viento inesperada. Las medias tupidas son nuestro pastor, nada nos falta.

3- Te puedes poner base de maquillaje sin miedo a que el sudor te deje la cara como si te hubieras pintado con la escopeta de maquillaje de Homer Simpson.

4- Hacerte un té/rooibos/café/colacao/nesquick/nesquick de fresa ( vale, creo que se ha pillado el concepto de bebida en taza) y usarlo para calentarte las manos. Extra bonus: leer un libro al lado de una ventana mientras bebes la taza de loquesea y sentirte dentro de una foto de Tumblr.

5- Comer mandarinas como si no hubiera un mañana, vitamina C fácil, rica y para toda la familia.

6- Mirar por la ventana la lluvia caer, o mejor aún, escuchar cómo llueve cuando estás en la cama.

7- Engancharte sin pudor a una serie y verte dos temporadas enteras en una tarde de frío y lluvia.

8- Pedir pizza para seguir con el maratón de series porque el frío quema calorías y la pizza está calentita y es por supervivencia, no por placer.

9- Utilizar a tu mascota como bolsa de agua caliente.

10-Follar para entrar en calor.

 

Autor: Irene C.