Enero ha sido un mes que nos ha pasado factura, a muchísimas se nos ha hecho sumamente largo y parece que hemos vivido en un mes un año entero. Todas tenemos días, épocas y temporadas malas. Semanas en las que todo está mal, en las que nuestro mantra interno no se calla con el ‘mi vida es una mierda’, el machaque diario que te pones sobre ti misma es inaguantable; y en realidad hay muchísimas cosas que estás haciendo genial y no eres consciente de ello porque las tienes tan integradas que no parecen méritos:

1. Este mes has pagado todas las facturas. Ya parece que llegar a fin de mes, con más o menos decencia, no significa nada. Coño, que has tenido la capacidad de organizarte con tu pasta para conseguir pagarte el alquiler, la luz, el agua, el móvil, el internet y hacerte la compra. No todo el mundo puede, querida.

2. Tienes tiempo libre para hacer con él lo que te salga del chumino. Desde hacerte una maratón de alguna serie sin salir de la cama, hasta irte al cine, pasando por hacer deporte y terminando por salir de fiesta. Como dijo el fran Gandalf ‘solo tú puedes elegir qué hacer con el tiempo que se te ha dado’. Y estoy más que segura de que lo aprovechas, aunque no seas consciente de ello. Llorar es una gran actividad para hacer en tu tiempo libre, por ejemplo. 

3. Tienes el privilegio de elegir qué será lo próximo que vas a comer. Tienes comida en el frigo, en el super o en cualquier bar/restaurante. La comida siempre alegra un poquito la vida y le pone una pizca de sal a la existencia, puedes darte un capricho y dejar que los alimentos te den un chute de energía. Ojo, no estoy hablando de comer guarradas, a veces verte comiendo un plato super healthy te hace sentid muchísimo mejor. 

4. Tienes personas que realmente te quieren y te apoyan. Ya sean familiares, amigos o compañeros de trabajo. Todos tenemos ahí a esa o esas personitas que se encargar de cubrir nuestras espaldas si lo necesitamos, así que si realmente lo necesitas, pide ayuda, sabes que la tienes. 

5. Ya no eres la misma persona que eras hace un año. Has cambiado, has evolucionado, ahora eres más tú y si pudieras volver atrás te dirías a ti misma muchísimas cosas que has aprendido en 365 días, sé consciente de cómo has crecido y no lo menos valores, avanzar es algo que tiene muchísimo mérito. 

6. Tienes ropa en tu armario que te queda puto bien donde elegir. Todos tenemos esa ropa maravillosa que nos hace sentir bien, ya sea porque nos endiosa, ya sea porque es la más cómoda del mundo. La ropa nos moldea a las circunstancias, piensa cómo te quieres sentir hoy y vístete en consecuencia, son pequeños detalles que te pueden hacer sentir muchísimo mejor. 

7. Eres consciente de que hay algo en tu vida que no está bien. Y esto te parecerá una chorrada, pero no lo es para nada. Hay gente que no sabe identificar qué le pasa, si está bien, si está mal, si está regular o si es que hay algo diferente en su interior. Tú sí, tú te conoces perfectamente y sabes que hay algún engranaje que no encaja y, querida, tener inteligencia emocional es algo de lo que sentirse MUY orgullosa. 

8. Ya no te rodeas de la misma gente que hace años. Tu círculo de gente cercana ha cambiado, muy probablemente haya disminuido, se ha reducido o es otro directamente diferente y los has escogido tú, uno a uno. Te rodeas de gente que te quiere, que te cuida y que te entiende. Y eso, darling, es todo mérito tuyo. 

9. Tienes un objetivo que cumplir. Aunque ahora mismo lo sientas super lejano, tengas la sensación de que jamás lo vas a conseguir, lo tienes. Eso es mucho más de lo que podrían decir otras personas, tienes una meta, algo que conseguir y eso nos mueve, hasta por inercia. 

10. Esto no es la primera vez que lo pasas. Ya has pasado por situaciones parecidas no una, ni dos, ni tres veces y absolutamente siempre lo has superado, porque sabes que eres mucho más que todo esto y que serás capaz de sobreponerte, otra vez.