Igual es la frase más prototipo a la hora de hablar de relaciones sanas. “La comunicación en pareja es importante”, lo hemos oído mil quinientas veces en lo que llevamos de año… y, bueno, también nos lo han dicho unas tantas después de una ruptura: ¿falló la comunicación? ¿si lo hubierais hablado antes hubiera pasado?

Típico.

Lo que yo quiero transmitir aquí hoy es la importancia de la comunicación de cara a establecer una relación fuerte. La comunicación es indiscutiblemente indispensable para que una relación funcione bien. No es ni más ni menos importante que el verse cada día, que hablar por WhatsApp, que el sexo, que intereses comunes. Simple y llanamente, es en lo que se basan -o deberían basarse -todas las relaciones. Y no hablo solo de pareja, también es necesaria una buena comunicación con la tía o el tío al que nos tiramos esa noche en plan polvazo nocturno del siglo.

He aquí cuatro truquitos que pueden ayudar a las más tímidas para lidiar con conversaciones incómodas y temas que queremos tratar:

  • Las cosas como son, las tías tenemos un papel importante

A ver, parejas hetero, de sobra sabemos que aquí a quien mejor se nos da expresar y hablar de sentimientos, es a nosotras (que nos han educado así, si es bueno o malo, mejor o peor, lo debatimos otro día).

Por eso, es necesario trabajarnos la comunicación interpersonal que nos ayudará de cara al futuro. Yo soy muy echá palante, pero entiendo que hay a quienes les cuesta mal. Vale, chicas, pensad que ellos son quienes realmente van a estar incómodos. Así que vamos a jugar a nuestro favor, a sacar mucha paciencia (que nos va a hacer falta) y a solucionar las movidas.

  • Ayuda a la otra persona a comunicarse

Es difícil, lo sé. Pero os digo que es una apuesta a largo plazo. Aparte de que la otra persona, posiblemente, lo agradecerá, te da la posibilidad de guiar la comunicación. Iniciar tú la conversación, crear un ambiente cómodo y ofrecer ayuda (incluso lo más mínimo, como buscar la palabra adecuada), puede marcar un antes y un después.

No digo que comunicarse sea como montarse en bicicleta, que nunca se olvida, pero sí es cierto que poco a poco se mejora, os acostumbráis a las posturas, los tonos, los silencios… ¡que todo ello sirva para mejorar!

Eh, aquí un apunte. Que echemos un cable al amigo para comunicarse (SI QUIEREMOS HACERLO, POR SUPUESTO) no significa que se lo demos todo en bandejita de oro con servilleta de franela, que ni somos mamis ni niñeras de nadie.

  • Ensaya contigo misma

Siempre. Repite conversaciones, imagina respuestas, situaciones que pueden darse… esto puede ayudarte a estar preparada. Y ya, si lo apuntas en un papelito, mejor que mejor. El espejo puede ser uno de tus mejores aliados y… ¿por qué no? Una colega con la que tengas confianza.

Y un truquito es que no se nos vea inseguras ni nerviosas… aunque muchas veces lo estemos, puede jugar en nuestra contra.

Así que, mente fría y a por ello.

  • Selecciona el momento

Que así, a bote pronto, las cosas tampoco salen bien. Puede que es algo que necesites soltar desde hace mucho tiempo, pero… vamos a pararnos a pensar, porque puede ser un fallo soltarlo todo sin haberlo regurgitado un poco en la cabecita.

Es preferible el cara a cara, por supuesto… pero si la conversación no puede esperar, ¡algo bueno tenían que tener las redes sociales! Eso sí, deja siempre abierto el “verse en persona”, que malentendidos en guasap los hemos tenido todas.

Puede -y esto por varias experiencias personales -que de noche, de fiesta, no sea ni por asomo el mejor momento. Que las copas lo edulcoran todo y tendemos a distorsionar las cosas. Eso sí, tampoco esperes a que se te haga bola el problema, que luego eso tiene que salir…

  • Sé transparente

Aunque en un primer momento la otra persona no lo sea, si eres transparente se nota y da confianza. Además, eso implica que puedas mostrar tus emociones de un modo asertivo y compartir lo que se nos pasa por la cabeza. Y sobre todo (y lo siento, porque ni a mí me gusta hacerlo): MOSTRAR INSEGURIDADES. No hay mejor manera de corregir pequeñas cosinas que surgen en las relaciones que mostrando cómo realmente nos hemos sentido.

 

No tengo mucho más que decir. Que sirva de algo y… ¡decidles a los espejos que se preparen para nuestras chapas!

A. Adler