Vivir ciertas cosas en un cuerpo gordo se hace un tanto complicado. Si bien es cierto que no podemos negar que las personas con cuerpo normativo no pasan por muchas de las cosas que nosotras sí, toca reconocer que nuestra cabecita llena de miedos nos paraliza en muchos momentos en los que después te das cuenta que podrías haber disfrutado de lo lindo. Evidentemente esto no es para culparse, porque después de años metiéndonos ideas sobre nuestros cuerpos y poniéndonos trabas cada dos por tres, lo normal es que creamos que ciertas catástrofes nos van a pasar por habitar este cuerpo.

Para todas aquellas a quienes les pueda interesar saber de qué cosas hablo o sentirse un poco menos solas sabiendo que alguien más lo vive así, sigue leyendo que te cuento. Aquí 5 situaciones que para ti son normales pero para una gorda a veces son un mundo:

 

Fiestas piscineras. En las pelis son monísimas, todas con bikinis y pareos a juego pero para más de una gorda supone un momento de tensión el mero hecho de plantearse una fiesta así. Es un momento en el que todos los pensamientos catastróficos y tremendistas deciden aparecer en escena y te imaginas resbalando saliendo de la piscina y montando un show bastante vergonzoso así que optas por pasarte toda la fiesta o aislada en un rincón dentro del agua o fuera pero pasando desapercibida lo máximo posible. Otras de las preguntas frecuentes que aparecen en tu mente son tipo: ¿Cómo será la gente que va? Socorro, ¿qué bikini me pongo?  Y sí, por suerte muchas gordas no pasan por estos trámites mentales pero recordad que muchas otras sí…

Planazo en el parque de atracciones. Exacto, ese lugar que va marcando por todos lados los peligros para un gordo de subirse, en el que no hay manera de encontrar un cinturón de seguridad que cierre a la primera y en el que, por lo tanto, temes por tu vida desde que pones un pie dentro. Sin duda es un planazo si lo que quieres es salir de ahí con ganas de que te absorba la tierra.

 

Las sillas son talla M. Quizás nunca te lo habías planteado pero hay pocos sitios en el mundo que hagan sillas en las que nos quepa el culo. Ni un cafelito tranquila puede tomarse una sin que se le corte el riego sanguíneo en los muslos, oye. Es un absoluto desastre llegar a un sitio y observar las sillas pensando: no voy a caber. Me ha llegado a pasar hasta en el trabajo, donde no podía ni sentarme en la zona de descanso porque las sillas de plástico blancas, las del camping de toda la vida, me aprisionaban los muslos y parecía que se me iban a quedar pegados para siempre. 

Los aviones tampoco son un lugar demasiado agradable. Más que nada por lo de ir apretujada con el de al lado porque te toca toda la fila llena y tú en medio. Sí, ya sé, habrá quien piense que es nuestro problema por estar gordos. Ahora incluso han puesto unos asientos, los cuales se pagan más caros por supuesto, para que quepamos nosotros. Si es que no sé de qué nos quejamos… (Ironía modo ON) ¿No sería más fácil hacerlos anchos de por sí? Lo mismo que los cinturones, aunque sea para que nadie muriera estrangulado por lo ceñidos que están esos artilugios, ¿Por qué no hacerlos un pelín más grandecitos? Just saying.

 

Uniformes de trabajo de los que no te piden talla. No sé si por esto habréis pasado todas pero a mí me ha pasado varias veces de llegar el primer día de trabajo, que nadie me hubiera pedido mi talla con antelación y estar todo el viaje sufriendo por si me iba a caber el uniforme. He sudado la gota gorda cuando me ha tocado meterme a probármelos y ver que uno no me cabía, tampoco el siguiente, ni el otro…Hasta que te toca salir resignada pero con tu mejor sonrisa a pedirle a tu manager que te pida una talla más grande, a lo que casualmente siempre suelen responder que “este fabricante talla pequeño”. Casualidades. 

Voy a quedarme con la selección de estos 5 pero hay bastantes más ejemplos de este tipo que seguro que a vosotras también se os ocurren. La verdad es que no hay nada mejor que saber que por lo menos una va avanzando y sintiéndose mejor consigo misma pero estoy segura que en alguna de estas sensaciones me habréis podido entender…