Soy una gran lectora. He perdido la cuenta de todos los libros que he leído en mis 22 años de vida. Leo todo lo que llega a mis manos, y cuando digo todo, es todo (aunque ahora la carrera me quita tiempo y tengo una torre de libros ignorados en mi cuarto). Por eso, creo que tengo algo de criterio, y puedo decir sin temor a equivocarme que la trilogía de “50 Sombras de Grey” es lo peorcito que he leído en mi vida (y sí, terminé la trilogía, porque a pesar de lo malo que era necesitaba saber cómo terminaba todo el asunto, como cuando estás viendo esos vídeos como “Serpiente comiéndose a un ratón” que sabes que será horrible, pero no puedes parar de mirar en una mezcla entre curiosidad y pavor).

Con el estreno de la película, he decidido venir aquí a hablar de mi libro mi opinión sobre por qué “50 Sombras” me parece una caquita de libro, por qué pienso que es una novela problemática con una historia de “amor” que no es nada sana, y por qué considero que no representa a la comunidad BDSM.

¡ATENCIÓN! Puede que deje caer algún spoiler, la que avisa no es traidora.

 

  1. ES UNA NOVELA MALA

Como ya dije arriba, tengo bastante rodaje en esto de la lectura para saber diferenciar entre un buen libro y uno malo, independientemente de mis gustos personales en cuanto a los distintos géneros de novelas que hay y “50 Sombras” está muy mal escrito, especialmente la primera novela.

Recuerdo mi cara de incredulidad después de llevar un rato leyendo, y tener que buscar la edad de la autora, porque me parecía imposible que no estuviera escrita por una niña de 15 años (una niña un poco pervertida, eso sí). Pues señoras y señores, resulta que E.L. James tiene 51 años de edad biológica y 0% de talento literario, y mi horror iba creciendo por momentos a medida que aumentaban los monólogos de Anastasia sobre su “diosa interior” y lo bueno que estaba Christian Grey y su aroma a “Esto, lo otro, y Christian” (creo que mi odio por las historias en 1º persona comenzó tras esta experiencia).

“La diosa que llevo dentro da saltos con pompones de animadora gritándome que sí.”

“Es como un polo con sabor a…Christian…..”

En las dos últimas partes, el estilo de la narración mejora un poquito, pero a pesar de esto, me parecieron totalmente prescindibles, especialmente el segundo libro. Si hubiera terminado la historia con el primero, me habría quedado más satisfecha, porque me pareció un final adecuado aunque no fuera un “final feliz”: Él le da unos azotes, a ella no le mola y decide dejarlo. FIN, todos contentos.

Otro dato que me pareció interesante es que, al parecer, esta historia salió de un Fan Fiction de Crepúsculo. No sé si saben lo que son los FF, o si han leído alguno, pero en cualquier caso sólo deben saber que cualquiera puede registrarse en una web y escribir uno, y seguro que hay miles de ellos mucho mejores que “50 Sombras”. Por eso, a quienes hay que aplaudir en este caso es a su equipo de publicidad y marketing (o quien sea que se encargue de promocionar una novela), que consiguieron hacer de una historia mediocre y mal hecha, un boom literario mundial.

Y no sé si seré la única, pero estoy harta de leer historias de pobres chicas tímidas y virginales, “inteligentes” (ejem, este punto mejor lo entrecomillo) que no se creen atractivas pero lo son, y que caen rendidas ante hombres guapísimos y poderosos, básicamente perfectos, con mucha experiencia y que se enamoran perdidamente de ellas porque… pues porque sí. Necesitamos más personajes femeninos fuertes (y no me refiero a fuerza física solamente), con matices, que aprendan cosas y cuya historia no gire alrededor de un pene, por muy guapo y fantástico y misterioso que sea el propietario del miembro.

2. ESTO NO ES AMOR, ES ABUSO

“No tienes que hacer nada que no quieras hacer. Lo sabes,
¿verdad?
Su tono es muy serio, incluso angustiado, y sus ojos, ardientes.
Me pilla por sorpresa.
—Nunca haría nada que no quisiera hacer, Christian.”

Leyendo esto, todo parece muy bonito y romántico, pero la realidad es que el señor Grey está más cerca de ser un maltratador que un caballero, y no lo digo porque use la violencia en la cama. A lo largo de los 3 libros, vemos como Christian stalkea a Anna (a ver quién se cree que siempre se la encuentra “casualmente” y que es normal que le conteste los mails al minuto de ella enviarlos), la aleja de su familia y amigos, controla su vida (¡hasta le consigue su puesto de trabajo!) y no confía en ella, enfadándose cuando ella sale con hombres que no sean él, además de manipularla hablando de su pasado traumático para que sienta pena por él.

 

“Es lunes y ayer me pasé todo el día en la cama. Christian solo me dejó ir a hacerle una breve visita a Ray. Sigue siendo un obseso del control. Sonrío cariñosamente. Mi obseso del control.” 

“—Ana, no vas a ir a trabajar.

—Pero…

—No. Así de simple. No discutas. —Christian es firme. Le miro fijamente y entonces me doy cuenta de que lleva el mismo pantalón del pijama y la camiseta de anoche.”

“—Te veo bien —dice Christian. Cruzo las piernas—. Muy bien. Sobre todo por aquí. —Roza con un dedo la carne desnuda que se ve por encima de las medias. Se me acelera el pulso cuando su dedo roza mi piel—.

Esa falda es muy corta —murmura con una vaga desaprobación en la voz mientras sus ojos siguen el camino de su dedo.”

 

Mucha gente lo justificará hablando de su dura infancia y de que es normal, porque él es un dominante y ella la sumisa, pero NO SEÑOR, esto no tiene nada que ver con el BDSM, y los traumas de la infancia no justifican esas conductas, más bien justifican una cita con varios psiquiatras (en el libro, Grey va a al psiquiatra, pero a saber dónde se sacó esa persona su carrera, porque es bastante incompetente). Ella lo llama “OBSESO DEL CONTROL” con cariño, pero el «control» que ejerce el dominante en la cama no tiene nada que ver con la manipulación y el abuso con que nos obsequia la autora a lo largo de todo el libro.

Normalizar e idealizar estas conductas lo único que hace es perpetuar la idea de que el amor se basa en los celos, la desconfianza y el control, y no en la confianza, la comunicación y la igualdad entre ambos miembros de la pareja, además de que mantiene los roles sexistas que tan dañinos son para la sociedad en general, y las mujeres en particular.

3. NO REPRESENTA CORRECTAMENTE EL BDSM

Para hablar de este punto, me he informado un poco, con ayuda de nuestra fantástica sexóloga María, sobre el BDSM (Mamá, te juro que todo lo hice por la ciencia y por WLS) y aparte de sumar algún que otro trauma a mi pobre cabeza por culpa de ciertas imágenes (ahora puedo decir que el BDSM no me llama para nada la atención), he llegado a la conclusión de que nuestra querida E.L. James ni siquiera leyó la página de Wikipedia sobre el tema (en esto coincide conmigo la actriz Mara Wilson, que protagonizó una sonada discusión vía Twitter con la autora).

Según Santa Wiki:

Las relaciones BDSM deben seguir un modo seguro, sensato y consensuado respecto a sus prácticas:

  • Seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos.
  • Sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o bebidas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad.
  • Consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.”

También habla de la Palabra de Seguridad:

Es usada por la parte sumisa para indicar de forma rápida que el grado, las circunstancias o la actividad que se está desarrollando no es de su gusto y que desea parar. La ética del BDSM prefija que en todo momento la parte dominante respetará dicha manifestación e interrumpirá la actividad.”

 

En esta historia, todo esto se pasa por alto, asumiendo que porque Christian es el dominante y Anna la sumisa, el que tiene la última palabra en todo y es el dueño de su cuerpo es él.

Anna es virgen, no tiene ni idea de sexo, y el único conocimiento que tiene del BDSM es el contrato que Grey le entrega. Se deja llevar sin informarse de muchos de los riesgos e incluso acepta fácilmente que él no quiera usar preservativo. Eso no es SEGURO ni SENSATO. Además, el perfecto Sr. Grey llegó a ignorar el deseo de ella de no tener sexo, a pesar de que le dijo que no repetidas veces e incluso dijo la palabra de seguridad, ¿dónde está aquí el CONSENSO?

 

Todo esto es preocupante, porque si una persona lee este libro y piensa que las prácticas que aparecen son normales y decide llevar esto a la práctica con ligereza y sin informarse bien del tema, puede ser peligroso. Una mala práctica puede llevar a que alguien se haga daño de verdad mientras se lleva a cabo la escena, ya sea por un nudo mal hecho, por golpear donde no se debe, o simplemente por ignorar a la persona que está asumiendo el rol de sumisa (el daño psicológico también es daño). Así que si buscan ejemplos de un buen dominante y una buena relación sexual basada en el BDSM, este libro es el menos indicado.

¿Quiere esto decir que no se deben leer el libro ni ver la película?

Sería muy hipócrita por mi parte decir eso, ya que leí la trilogía entera (y me da curiosidad ver cómo reflejan la historia en la película, para qué negarlo). Pienso que para poder criticar algo con propiedad, antes hay que conocerlo, así que si quieren formar su propia opinión del tema, lo mejor es leer la historia.El problema no es la gente que ha leído los libros, sino la gente que piensa que es romántico, que es una relación normal, y que aspira a encontrar un señor Grey.

Y señoras, si quieren leer literatura erótica basada en el BDSM, hay un mundo enorme por descubrir, sólo tienen que buscar.

FUENTE DE LAS IMÁGENES: The6thSiren