Despertarme. Preparar el desayuno, meterme en Twitter y que Mecano sea TT. Nervios. ¿Reunión? Ataquito. No, JODER, que es el puto 7 de septiembre y están todos los cursis del universo a tope con sus cosis, claro. No sé en qué día vivo. Respirar. Odiar así en general y abrir corriendo Spotify. Karaoke y bailecitos vergonzantes. Ya tengo hilo musical para esta mañana de trabajo y todavía estoy en pijama. Felicidad.
He venido aquí a perder toda mi integridad musical, porque soy muy de arrugar la nariz con muchas cosas pero luego me vuelvo loqui con otras; los seres humanos estamos llenos de contradicciones. Mecano es uno de mis guilty pleasures (aunque de guilty tiene poco porque lo reivindico muy a tope todo el rato) musicales favoritos, junto con ese disco de Madonna en el que se pone intensita y todas las noventadas bailongas de mis primeras borracheras. Bien de horterada, de purpurina y de SORRY NOT SORRY. Me da exactamente igual la moralina de todos esos que rajan del show business del pop. Aburrimiento. Yo «disfrutoh» mucho de esos arreglos y de esos estilismos imposibles. Podría pasarme horas (y de hecho lo hago) saltando de un vídeo a otro de YouTube, gozándolo.
Mecano vale para cualquier ocasión porque todo el mundo canta a voz en grito y además es intergeneracional. Para un viaje en coche, el cumpleaños de tu madre, un botellón, una ducha interminable, el hilo musical de unos grandes almacenes, un Cachitos de hierro y cromo… y, sobre todo, para un after party de esos épicos. Por eso este post, porque Mecano mola y tiene canciones tan increíbles como estas:
Los Amantes. Vale que la letra no pasaría un examen sexista pero, PERO, es tan maravillosa y tan de despertarte con ella en la cabeza y no parar de cantarla en todo el día que (insertar aquí millones de corazones rosas con estrellitas).
Barco a Venus. La estrella de la fiesta, probad a pincharla y veréis como la gente maja se viene muy arriba (y probablemente todo el mundo desafine mucho más que Ana Torroja). Maravilla.
Stereosexual. Esos arreglos rollo góspel del principio son suficiente para estar en el top.
Perdido en mi habitación. Anda que no habremos estado todos perdidos en nuestra habitación una y mil veces (y lo peor: de resaca).
El fallo positivo. El «Aidalai» no es mi disco favorito de Mecano, pero es que la letra de esta canción es de ponerte los pelos de punta, no hay más.
No es serio este cementerio. «Que aunque el juicio final nos trate por igual, aquí hay gente de rancio abolengo», con esta frase se podría hacer todo un estudio sociológico.
La fuerza del destino. Voy a ponerme seria: esta canción no puede faltar en ningún recopilatorio de las mejores canciones del pop español. Por no hablar del video: esa maravilla de pelos de Nacho Cano, esa Penelope jovencísima, ARTE. (Sin mecionar las conjugaciones verbales «y tú contestasteSSSS que no», amor absoluto).
Bonus: Laika. Me pone tan triste, pobre Laika. ¡Ay! Se merece una canción, una estatua y todo el reconocimiento del mundo. ¡Viva Mecano por dedicarle una canción a Laika!
Extra bonus: Héroes de la Antártida. Sí, es mi favorita, Recuerdo perfectamente el drama en mi casa cuando le rayé a mi hermana el vinilo de «Descanso Dominical» porque me dedicaba a escuchar en repeat esta canción y claro… ¡Aprendan historia con Mecano!
