Parir, dar a luz, es ese temor de todas las embarazadas. Tras haberlo padecido y preparado a conciencia, te traigo cosas que he comprobado que funcionan…

Antes de empezar a leer, todas las recomendaciones pueden no funcionar si en el momento en cuestión el personal sanitario no respeta, o decide tomar otras decisiones. Mucho, mucho cuidado con la violencia obstétrica.

Masajes perineales.

Está comprobado que los masajes perianales ayudan a que la zona sea más elástica, con ello ayudamos a que se eviten desgarros.

Dichos masajes son muy recomendables a partir del sexto mes (yo empecé en el cuarto), cuando dejes de poder dártelos tú te va ser indispensable ayuda (en esto no puedo ayudar ya que hasta el final me los di a mí misma), además todo mejora mucho cuando te los das con la ayuda del aceite de rosa mosqueta.

El aceite de rosa mosqueta es uno de esos indispensables durante el embarazo y postparto.  El aceite de rosa mosqueta además de cicatrizante, ayuda a la elasticidad de la piel.

Como verbalmente son difíciles de explicar,  te ilustraré los masajes con un vídeo (guárdatelas, porque en mi caso tuve un simple escozor a la hora de orinar… y duró tres días)

YouTube video

Relax y oxitocina.

Vas a parir, cada una de las personas que ves cuando vas en el metro, a un concierto, al súper, o donde sea… ha sido parida. Con ello quiero decir: Chatina, tú puedes. Si no pudieras nos habríamos extinguido. Relax, todo va a salir bien. Vivimos en un mundo  civilizado, con medicina avanzada, estamos preparados. Sí, el parto duele. Pero, para ello tenemos la epidural y otra arma secreta… la oxitocina.

Cuando nos ponemos de parto una serie de reacciones químicas se producen en nuestro cerebro. La más importante es la liberación de oxitocina de forma natural. Dicha hormona cuando se libera de forma natural, lleva consigo una disminución de la actividad del sistema nervioso simpático y del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal, que aumenta los niveles endógenos de opiáceos e induce efectos anti-estrés. Es decir, que si todo va bien tienes una sensación de llevar encima el colocón de tu vida. Aprovecha ese colocón para ir más relajada al parto, la naturaleza nos da herramientas para sobrevivir. Úsalas.

Está demostrado que tanto el miedo como el estrés emocional de cara al parto, puede producir mayores dificultades. Los músculos se tensan, y un largo etcétera.

Moverse.

Una vez ya metidas en faena, si la cosa no está muy chunga. Es realmente beneficioso, poder moverte, caminar, intentar hacer con ayuda estiramientos en la zona lumbar. Todo ello te va a relajar la musculatura, además de ayudar al bebé en su salida, ya que a lo largo del proceso de colocación de cara al expulsivo, el bebé tiene que cambiar mucho de ángulo para ir “bajando” por el canal del parto.

Los estiramientos además te van a ayudar a llevar mejor la presión bajo lumbar. Al estar contando tienes la mente distraída. Por extensión (sobre todo al principio cuando el dolor es más llevadero), esa distracción te ayuda a no focalizar todo en el dolor. De tal forma al no “obsesionar” al cerebro con ello te va a ser más fácil relajarte.

Epidural.

Un parto aún con todo, duele. Eso sí, no todas las personas tenemos el mismo nivel de dolor o tolerancia a éste. Así, que es genial que puedas aguantar, pero si has llegado a tu límite que no te haga sentir mal la epidural.

Útiles que ayudan.

Un cacao que no huele a nada, te quitará la constante sensación de labios secos. Un  abanico te ayudará con todos los calores que te van a dar. Una botella de agua para mojarte la boca y así no tener la incómoda sensación de lengua pastosa. Música relajante, duchas con agua caliente, posturas que aprendiste en aquellas clases de yoga o pilates, ese recuerdo de cuando te sentiste la leche… Lo que sea que te ayude a estar animada y relajada será bienvenido.

Estar con una persona de confianza y que esa persona sepa a lo que va.

Son momentos de muchos cambios hormonales, de dolor, de caca saliendo sin que te des cuenta, de pis, sudor, olores, sangre, etc… Necesitas estar con alguien con quién tengas la suficiente confianza como para que nada de ello importe. Necesitas estar con alguien en quién confíes para saber decidir. Se necesita a alguien que te conozca tanto a ti y a tu plan de parto, que sepas que lo que diga y decida estará bien.

Si eres acompañante, recuerda: Todo lo que se ve y escucha en el parto, se queda en el parto. Debes estar preparado para insultos, tacos, humor infernal y todo lo que conlleva un parto (que algunas veces me recuerda a un exorcismo)

Las matronas tienen razón en los tiempos para ir al hospital.

Cuando vas a preparto, piensas. Ya, claro, voy a esperar dos horas desde que noto síntomas. Pero, tienen razón. El hospital, nos tensa y nos estresa. Además no te sientes tan cómoda como en casa. El ir y venir puede ser agotador. Sabemos las preocupaciones, las falsas alarmas, etc… Sabemos que hay violencia obstétrica, pero no todos la ejercen. Hay que saber dónde está la línea y saber gestionar las cosas.

Déjalo todo preparado.

Maleta, muda de la madre, del acompañante, las cosas de higiene, las cosas del bebé, la carpeta con las pruebas del embarazo, etc… Déjalo semanas antes todo preparado y listo.

Ejercicios de respiración.

La respiración puede ayudarnos a controlar, tanto el dolor, como los nervios y así adoptar un estado muy más relajado que optimizara lo que nuestras hormonas intentan hacer con nuestro cuerpo.

Ainhoa Escarti.