Tengo pareja desde hace más de 10 años y reconozco que, a veces, he romantizado la idea de lo prohibido: un desconocido dándome fuerte y flojo en el baño de una discoteca, al que nos ha llevado un deseo lujurioso e incontenible.

Pero la soltería no es siempre es así de espontánea, pasional y divertida. Tener libertad para ir y venir con quien quieras tiene sus ventajas, pero también te encuentras mucho orco que tira para atrás. Y no hablo de físico, que conste.

Mis amigas y yo avanzamos estrepitosamente hacia la cuarentena, pero siempre hay un grupo fijo de solteras: unas que salen por otras que entran. Y esto es lo que me cuentan.

La fidelidad se vende cara

No te puedes imaginar la de tíos casados o con novias de muchos años que me escriben mensajes privados por Instagram. Madre mía, ¡es asqueroso!”.

Bueno, pues si alguna vez es mi novio, me gustaría saberlo. Aquí no se salva ni el más modosito.

Los acercamientos erráticos

Estaba en un pub de costa un sábado por la noche y se acercó un tipo de 30 y largos a decirme que le gustaba a su amigo. Así, en plan adolescente. De repente, el tipo se puso a hablarme como se le habla a una piara de ovejas: ‘E’te ‘itio qué ‘s, que pare’e la bujardilla de una ca’a’, porque había sillas de enea colgando de las paredes. No estoy despreciando su acento, lo estaba haciendo a propósito, porque sus colegas se estaban partiendo la caja detrás de él. Creo que se estaban quedando conmigo”.

Las risotadas entre amigotes a costa de las mujeres es un clásico con 15, con 25 y con 35.

Los problemas de convivencia

A alguno, para estar ya crecidito, le ha faltado vivir solo y con lo justo una temporadita. Vamos, aprender a vivir sin que mamá vaya detrás cuidando de todo. Mi ex se quejaba por todo sobre la ciudad en la que vivíamos, solo porque estaba lejos de su familia. Me cansaba. Y, encima, la convivencia con él era difícil. Ya es lamentable que te tenga que decir que quites tus deportivas del salón. Pero, si te lo tengo que decir dos veces, me va a costar ser asertiva”.

Otro que busca mamá.

Sí, pero no contigo

Estuve tonteando con un recién divorciado, hasta que terminé enamorada hasta las trancas. Era mucho mayor que yo, con hijos casi en la veintena. Me decía que no quería empezar otra relación, que era pronto, así que solo follábamos. Pero al par de meses empezó con otra mujer con la que sí estuvo formal desde el principio, así que creo que no fue honesto conmigo. No es que no estuviera preparado, es que yo no le gustaba. Me dejó hecha mierda”.

De buen cretino te libraste, amiga.

Buscaba sustituta para la madre de su hijo, no pareja

Mi ex creía que yo tenía la obligación de cuidar a su hijo de 3 años los días que le tocaba con él. Si me quejaba, me hacía chantaje emocional. ¡No era mi obligación! Lo hacía por humanidad y por cariño, aunque el niño no me pudiera ni ver. Mientras tanto, el padre no tenía ni un gesto de cariño conmigo, que era lo peor. Un día discutimos por un puto paquete de tabaco. Yo llorando por sus formas, y él jugando a la Play sin mirarme siquiera. Metí mis cosas en bolsas de basura y me largué. A día de hoy, él va diciendo que es que yo no quería a su hijo”.

Salir cagando hostias de un tipo que te hace chantaje emocional así es un lograzo que contar a todo el mundo.

De dóberman a pequinés

Me fui de fin de semana con un tío que me gustaba. En plan amigos, pero los dos sabíamos lo que iba a pasar porque queríamos que pasara. Él siempre se había mostrado muy seguro y muy halagador conmigo. Pero, a la hora del sexo, se puso nervioso: ‘No sé si ahora daré la talla, porque he bebido’, ‘Puede que sea mejor esperar a mañana’… No eran simples comentarios, era inseguridad. Ni que decir tiene que el polvo fue una mierda, aunque no lo culpo. Son cosas que pasan”.

Bueno, a lo mejor el hombre necesita otra oportunidad para brillar, cuando haya más confianza.

“Match” imposible

Tengo un problema, y no sé si soy yo. Los que me gustan, no quieren nada serio. Solo me dan polvos. Apoteósicos, eso sí, pero yo quiero algo más. Por desgracia, a los que sí que enamoro, a mí ni fu ni fa…”.

Estar en el momento justo y en el lugar adecuado para que surja la chispa no es fácil, no.

Los estándares

Me he dado cuenta de que, cuanta más edad, peor se pone el percal. Porque cada cual es de su padre y de su madre, y está más acostumbrada a estar sola y menos dispuesta a ceder. Yo, por ejemplo, que prefiero no salir con hombres con hijos. Estando en la treintena larga, ya me dirás… Pero claro, es que tengo derecho a querer ser la prioridad de alguien y a evitarme complicaciones, ¿no?”.

Sabes qué quieres, sabes a qué renuncias.

Pasión… con mesura

Echo un poco de menos los arrebatos, pero estoy muy dispuesta a pagar el precio. Me fui hace poco con un tío que, a la hora de penetrar, me preguntó si quería. Que muy bien, muy atento y asegurándose el consentimiento, pero creo que iba implícito en la situación. Lo llamé yo, fui a su casa yo y me lo estaba comiendo viva yo. No sé, un punto intermedio entre ser un cerdo y ser demasiado prudente hay, ¿no?”.

En estos casos, mejor pecar por exceso de prudencia que por defecto, creo yo. Lo podemos tomar como un avance.

Puede que el mercado esté fatal porque cada vez somos más exigentes por nuestra propia salud mental, lo que está bien. O quizás no queramos invertir tiempo y esfuerzo en una relación que podría salir bien, porque enseguida todo son “banderas rojas”.