Tal vez al leer el titular pienses que lo mismo llevas toda la vida haciendo algo que no es o ¡Peor aún! Haciéndolo mal, pero tranquila que de eso no va el asunto.

Realmente el sexo en sí, puede ser algo bastante sencillo y fácil, venimos programados para intuir (más o menos) cómo tenemos que hacerlo (lo de bien o mal ya es otro asunto) pero sí es cierto que parece que siempre ha estado rodeado de un cierto halo de misterio y tabú que poco o nada le ha favorecido.

El sexo ha sido ese gran desconocido por excelencia, y por lo tanto nos ha creado una curiosidad constante, lo que te llevaba  a investigar un poco más sobre este asunto.

Pero claro, vivimos en una sociedad que no para de consumir pornografía de una forma más o menos directa, y nos crea una falsa idea de lo que es la sexualidad.

Luego también pasa que cuando hablas con la gente resulta que casi todo el mundo a tu alrededor son unas fieras, unas almas incansables, han hecho el kamasutra para adelante y para detrás en varias ocasiones y todo el mundo en cada encuentro sexual goza como el que más…

Claro, tú aquí te quedas pensando un poquito y dices, madre mía del amor hermoso ¿seré yo rara? ¿Me estaré perdiendo uno de los mayores placeres de la vida? ¿Soy una siesa sin deseo sexual?

Pues te diré, amiga mía, que el sexo no es como nos lo cuentan en las películas y mucho menos como lo suele describir la gente. Qué sí, que todos en algunos momentos echamos polvos dignos de enmarcar, pero por lo general entran más dentro de la categoría de “normalitos” y ¡No pasa nada!

Por lo que os traigo una pequeña lista de cosas que suelen pasar realmente durante el sexo

  • El cansancio

Este es el factor estrella por excelencia. El cansancio nos conoce a todos y cada uno de nosotros, en algunos casos ya te tuteas con él.

Esto es perfectamente normal. Con el ritmo de vida que todos llevamos, en ocasiones no es que no quieras tener sexo, si no que no te quedan fuerzas. Por lo que, entre dormir o forniquear prefieres lo primero y con toda la razón.

Y en el mejor de los casos, si al final decidís daros un poco de amor del bueno, este encuentro no tendrá mucho despliegue de medios, será algo más rápido y concreto y ¡Ojo! Esto no quiere decir que sea menos satisfactorio.

 

  • El alcohol

Lo típico que estáis tomando unas copas de vino con tus amigas de toda la vida y a la segunda ya vais desvariando diciendo lo juguetonas que estáis y en cuanto lleguéis a casa vais a empotrar a vuestras parejas ¿os suena?

Pues siento decir, que en ocasiones la realidad es bien distinta, ya que el alcohol inhibe bastante la respuesta sexual, o si no acordaros de ese polvo borrachísimos donde ninguno de los dos conseguía terminar.

Esto no quiere decir que no te lo puedas pasar de vicio con el puntito, pero si te pasas es posible que acabe más en desastre que en placer.

  • La confianza

Este es el pilar de todas las relaciones sexuales, y puede que lleves media vida con tu pareja y que esta aun no sepa todo lo que te gusta porque te de vergüenza pedirlo o pienses que debería saberlo por ciencia infusa.

Para evitar la rutina, la frustración y el aburrimiento, lo mejor es comunicarte con tu pareja.

Con el paso del tiempo nos acostumbramos a un tipo de sexo y al final puede resultar cansado, por lo que no tengáis miedo a innovar.

  • No hace falta hacerse el kamasutra entero

Hoy en día, parece que si tus polvos no son dignos del circo del sol no sabes lo que te estás perdiendo, y te diré que esto no tiene porque ser así necesariamente.

Así entre tú y yo, el sexo cansa, y bastante, por lo que existen posturas que para un ratito están bien, cambias, pueden ser excitantes y todo lo que tú quieras, pero al final la gente tiramos de posturas más cómodas y sencillas.

 

El “soy una perra en la cama” se traduce literalmente por “a veces soy un poco vaga y prefiero moverme poco” y puedes tener un polvete igual de maravilloso.

  • Los lugares

Aquí es donde ya me vais a perdonar, porque no paro de escuchar a gente decir lo mucho que le gusta follar contra la pared, en la ducha, en la bañera, etc.

Y yo siempre pienso para mi… ¡Qué tamaño tiene que tener esos sitios para poder follar a gusto! La de veces que habremos ido todos a follar en el coche y salir con una hernia discal por lo menos.

Y lo de follar en la ducha, yo no sé la vuestra, pero en la mía entro yo y poco más, como para meter a otro y encima ponernos a follisquear. ¡Déjate!

ducha feliz mindfullness

Lo que está claro, que el sexo es más sencillo de lo que pensamos, que cada uno es libre de hacerlo como, donde y cuanto quiera y que no se es mejor o peor por hacerlo de una forma u otra.

Que si todos folláramos exactamente igual seria un aburrimiento, por lo que ¡viva la diversidad!, y el follar en una cama tranquilita.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de pareja

correo: [email protected]     instagram: @aidavallesconsulta_