Que la saga de 50 sombras de Grey ha hecho mucho daño no es nada nuevo. Que Anastasia se pasa los tres libros sin moverse un pelo y disfrutando como una perra, tampoco. Si eso es ser sumisa, acostarse y dejarte hacer y que el otro siempre se lo curre ¿dónde hay que apuntarse? digo yo que eso toda la vida ha sido ser vaga, pero bueno en la trilogía pues le llaman Sumi, son más modernos.

Que tú pues veías a esa mujer allí atada y sin hacer esfuerzo alguno. Tumbada a lo maja desnuda, y el otro señor currándoselo de lo lindo y pensabas: «Que puñetera maravilla de sexo para los días que has trabajado 10 horas, te has peleado con tu jefe y dos compañeros y has hecho una hora de caravana para llegar a casa. Llegas, te tumbas y a correrse, chica».

Menos si se le ocurre darme un poco fuerte. Ahí aunque haya currado 14 horas lo reviento. Bueno ese es otro tema. Total que una coge un día y dice: «Pues me voy a comprar unas cuerdas y a ver que pasa». Y te vas y te las compras aquí bien baratitas. 

Y si no se las robas a tu tío el marinero.

Entonces llega tu churri, y tú ya has ambientado la casa. Luces rojas (a falta de cuarto rojo, unos trapos del chino en rojo encima de la lámpara de Ikea y listo). Y estás medio en pelotas diciendo claramente: «¿Me haces croquetas y luego ya si eso chingamos?». Total que después de ponerte fina con aún menos ganas de moverte pero con muchas ganas de seguir sintiendo el mismo placer que la bechamel derritiéndose en tu boca pero en tus partes bajas. Subes a tu cuarto y como Victoria Abril en la peli de Almodovar le dices: «Átame».

Estas cuerdas son muy prácticas porque no necesitas tener ni cabecero, ni nada donde atarlas, las pasas por debajo del colchón y te quedan los cuatro trozos encima para que te aten de pies y manos.

La sensación de estar atada está guay, da morbo vaya. Si el que te ata es tu pareja o alguien en quien confías mucho. Si es Hannibal Lecter pues ya entonces reza y agradece que cenaste croquetas antes de palmar. Sobre todo es una sensación bonita si eres una pasiva, o una floja del carajo, porque no tienes que hacer absolutamente nada. Solamente estarte ahí quieta, poner cara de que quieres desatarte en algún momento aunque sea mentira, porque se está de narices tumbada boca arriba mientras te comen cosillas (no se si estamos en horario infantil) y disfrutar, queridas y queridos, disfrutar.

¿Se puede pedir algo más en la vida? Vale, que te ate Jason Momoa, pero a parte de eso vuelvo a repetir ¿se puede pedir algo más en la vida? No, no se puede. A no ser que el atador (churri que te ha atado y se ha currado más de tres cuartos de hora de orgasmos varios) quiera su recompensa. Que para eso también tengo solución. Antes de que te desate entera, tú ya vas diciendo: «Uff esto ha sido tan increíble que el próximo día te lo hago yo a ti, ahora estoy mareada y todo campeón».

de tanto usarme…

Dejando claro que ahora estás muerta y lo único que quieres es dormir y que te dejen en paz. Así es que nada, vagos y vagas del mundo, pasivas y pasivos, curiosos del bdsm del aliexpress, os recomiendo las cuerdas aunque sea por una noche. Que la experiencia es buena y no duelen ni nada. Es como masturbarse pero sin ni siquiera tener que usar la mano ¿se puede pedir más? Vale, Jason Momoa otra vez, que pesadilla. Pero a parte de eso. No, no se puede.

 

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