“Definitivamente 2021 no ha sido tu año, en absolutamente ningún aspecto, no ha sido culpa tuya. Llevabas muchos años con una estabilidad mental y física estupenda, algo que conseguiste con mucha constancia y esfuerzo (nunca con sacrificio, recuérdalo) y, aunque las sensaciones que te regala la dopamina que has recordado este pasado año te tienen abstemia, sabes que lo mejor para ti es volver a tu mejor versión. Esa versión sana que no fuma ni bebe, esa versión optimista que todo lo afronta con una sonrisa -y esta es de verdad-. Esa versión que no necesita ningún estupefaciente ni compañía para sanar un dolor. Esa versión que adora y venera su cuerpo y su mente por encima de todos y haría lo que fuese por mantener un equilibrio imperturbable. Esa versión que no posterga las cosas para mañana.

Ese equilibrio también te echa de menos, cada célula y articulación de tu cuerpo lo extraña y ya no sabe cómo gritártelo al oído.

Vuelve a disfrutar de ir a la compra, vuelve a disfrutar de madrugar para ir a la playa, vuelve a querer hacer mil cosas como si no quedasen más días para hacerlo, vuelve a meditar por las mañanas, a leer a medio día a llenarte de cremas y mascarillas por la noche. Vuelve a dormir sin pensar y a soñar, vuelve a soñar.

Vuelve a agradecer el poder levantarte cada día, el ver amaneceres preciosos y atardeceres mágicos, el poder ir a comer a casa de tu abuela y que esta te siga consintiendo con 30 años como si siguieses siendo su bebé.

Vuelve a tener un motivo para levantarte cada mañana, vuelve a sonreír sin ningún motivo aparente, vuelve a mirarte sabiendo quién eres.

Estás cansada de estar triste, de no tener una dirección acertada, cansada de la incertidumbre, de no saber qué te deparará mañana. Da igual lo que pase mañana, vuelve a vivir el hoy como sólo tú sabes hacerlo”.

Carta de mí para mí, a veces necesitas unas palabras de la única persona que sabe exactamente qué te ocurre y cómo te sientes.

@yotambiensoysop