Yo no sé cómo lo hacéis amigas, de verdad que no lo sé.

Soy asidua a esta web desde hace mucho tiempo, y bastante empujada por leer decenas de vuestros testimonios acabé descargando en mi teléfono un par de apps de fornicio y amor.

Al principio, alentada por un par de historias de amor de esas que se te caen las bragas que leí en Mr Tinderful, reconozco que iba esperanzada. Me bastaron dos citas TERRORÍFICAS para entender que aquello no iba a ser bajarte la app y besar el santo. En tal caso como mucho  besar algún troll y para casa.

Pero no vengo aquí a quejarme de las citas fallidas, porque de eso seguro que yo también tengo algo de responsabilidad.

Vengo a hablar de una clara tendencia en alza y que no puedo ser la única que la está viviendo en sus carnes.

Hace mucho tiempo que lo único que me deparan estas apps de ligar son una de estas dos cosas: CASADOS o TARADOS.

Los primeros te entran sin dar muchos detalles. Te dicen que están buscando vivir experiencias y dejarse llevar.  Te camelan y cuando por fin te tienen en el bote (puede que hayan pasado ya varias citas), entonces sacan a relucir la bomba:

Ah, ¿se me había olvidado decirte que estoy casado? Pero que no te importe preciosa, si eso no va a cambiar nada entre nosotros. Total yo solo quería meterte el rabo y hasta luego Mari Carmen.

De repente ya no quiere dejarse llevar, solo quiere catre y que tú aceptes con total normalidad que estás siendo la otra. ¿Estamos locos?

El segundo caso, el de los TARADOS, es una auténtica epidemia. Tíos que un día te piden exclusividad y al siguiente te dicen que donde dije digo digo diego y que están conociendo a otras tres.

Tíos que te presentan a su madre en la segunda cita pero que luego no quieren nada más porque respiras un poco alto. O tienes un ojo un poco más grande que otro. O NO TE PARECES A SU MADRE.

Tíos que te exigen un contrato fijo y si me apuras 5 meses de fianza como si fueses un piso en Malasaña.

O tíos que se venden como el ‘perfecto feminista’ pero a la primera de cambio te dicen ‘tú calla que de eso no sabes’.

 

En serio, ¿es que ligáis en apps que todavía no conozco y allí hay hombres normales? ¿O es que en realidad están todas plagadas de los CASADOS y TARADOS que acabo de mencionar?

Sacadme de dudas.

Y de Tinder, gracias.

 

Fattie Bradshaw