Sábado noche, cena de amigas. El día promete, la noche es joven y nosotras unos pibones. Todo comienza en mi casa porque es la más grande y la que más vino tiene. Lo que pasó a continuación no os sorprenderá… Nos pillamos un pedo a base de rosado. Salimos, cenamos y se nos pasa la borrachera, pero el puntillo todavía sigue. Queremos más, queremos fiesta, queremos divertirnos y sudar del qué dirán por una noche.

Acabamos en un bar pequeño con mucha gente y la música muy alta y en la lejanía atisbo a un tío que MADRE MÍA qué maromazo.

“Qué miras ojos mirones…”, me pregunta una amiga…

“A un tío que ojalá acabe la noche sin pantalones”, respondo yo.

“No hay huevos a ligartelo sin mediar palabra”, me dice ella.

“Huevos no, pero ovarios un rato”, porque pa’ mala yo.

Y sin comerlo ni beberlo empezó un juego muy divertido. Yo le ponía ojitos, él me ponía ojitos. Yo bebía un poco de mi cerveza, él sonreía. Yo me apartaba el pelo detrás de la oreja, él se mordía el labio. Y cuando llevábamos media hora con ese tonteo y yo tenía el coño a punto de provocar una inundación en el bar, se acercó, me acerqué y nos empezamos a morrear.

Sí, acabamos la noche en mi casa follando como cerdos y yo fui FELIZ. ¿Entonces dónde está el problema? Pues que en ese mismo bar estaba un compañero de trabajo que vio el espectáculo y que le ha ido diciendo a todos lo que sucedió. No pasaría nada si la gente de mi curro tuviese la edad mental de una persona mayor de edad, pero al parecer son casi todos críos.

Cuando yo ya estaba quemada hasta las cejas, decidí desahogarme y hablarlo con una compi con la que supuestamente hay buen rollo.

Yo: – ¿A ti te parece normal que haya risitas y cuchicheos porque me enrollase con un tío en un bar? ¿Tenemos 12 años o qué pasa?

Ella: – Mujer… Es que besar a alguien a quien no conoces… Pues mira, no te parezca mal porque te lo digo con todo el cariño del mundo, pero es de putón verbenero. Vamos, que yo no lo haría, pero allá tú con tu conciencia.

“ALLÁ TÚ CON TU CONCIENCIA”. Toma ya… ¿Qué se supone que tiene que quitarme el sueño? ¿Haber disfrutado de una noche de sexo sin compromiso (y con protección, obviamente)? ¿Haberme morreado con un tío que me atraía sin llevar un anillo en el dedo? ¿No dar explicaciones a nadie por lo que hago o dejo de hacer? Y oye, menos mal que me lo dijo con todo el cariño del mundo, porque llega a decírmelo con mala hostia o envidia y a lo mejor me envenena.

Mientras uses protección, haz lo que te salga del mismismo chumino. Pásate por el forro los comentarios machistas, las actitudes patriarcales y las miradas envenenadas. Tú eres quién debe decidir y sólo debes darte explicaciones a ti misma.

¿Creéis que si me tiro a mi jefe dejarían ya de darme por culo con el tío de la discoteca o es una estrategia demasiado enrevesada? Estoy deseando leer vuestras opiniones.