Si algo hay que celebrar hoy en día es que las injusticias sean denunciadas, sea de la manera que sea. Dejar de silenciar asuntos muy reales, darles voz y hacerlos llegar a la sociedad para que de una vez por todas la gente arranque la venda de sus ojos.
Los últimos Premios Forqué, galardones que muchos consideran la antesala de los aclamados Goya, nos ha dejado una gran lista de creaciones audiovisuales y cinematográficas ganadoras aunque una de ellas ha llamado nuestra atención especialmente. Y es que la vencedora en la categoría a mejor cortometraje fue la producción “Cerdita” de la directora Carlota Pereda.
Este magnífico corto que muchos consideran de género terrorífico, demuestra en apenas catorce minutos la terrible realidad del bullying en la actualidad. Su trailer, frío y desconcertante ya nos anuncia que lo que nos espera en “Cerdita” no será una historia fácil.
La protagonista del relato es Sara (interpretada por Laura Galán), una joven con obesidad que sufre el acoso de los jóvenes de su pueblo durante sus vacaciones de verano. Todo comienza cuando un día en la piscina hacen desaparecer su ropa y ni siquiera su amiga Claudia la defiende ante los demás. Sara regresará a su casa andando y semidesnuda, y todo ese camino marcará un cambio en su vida.
“Escribí Cerdita para hacer frente a mi miedo: la violencia, la agresión sexual, y desde que soy madre, el acoso”. Estos son los motivos de peso que la directora y guionista Carlota Pereda ofrecía sobre su trabajo. Un breve pero intenso thriller que consigue atemorizar a través de la dura realidad, sin oscuridad ni sustos, a plena luz del día.
Porque en esta ocasión es el cine el que una vez más nos da la razón cuando denunciamos tantísimos casos de gordofobia y acoso. El que lo vive no necesita películas de terror para encontrarse día a día en una pesadilla, el bullying por si mismo lo es. Y como esta sociedad parece no aprender jamás, cada día nos topamos con casos más fríos e increíbles.
La historia que guarda “Cerdita” es una ficción impactante que bien podría ser el miedo de cualquier joven. Salirse de los cánones físicos se convierte para muchos en un castigo ante los constantes ataques que le toca sufrir por culpa de gente sin escrúpulos. Personajes que comienzan normalizando el llamar vaca o foca a una compañera de clase, y terminan escupiéndole cada día a la salida del instituto. Seres que ven lógico el lanzar una piedra a una mujer por la calle, y que no tienen reparos en decir que una persona gorda les da asco.
Por desgracia, la terrible cantidad de historias que muchas hemos sufrido, leído o escuchado podrían ser el guión de un largometraje de lo más aterrador. Pero en esta ocasión aplaudiremos la brevedad de “Cerdita” y lo mucho que su creadora ha conseguido decir en tan poco tiempo.
Que todos los premios y menciones que este corto está consiguiendo en los últimos meses, sirvan también para que los culpables de casos de bullying se sientan señalados y perseguidos. Y para que todos aquellos que nunca han vivido de cerca ningún ejemplo sean conscientes de lo que hay.
“Cerdita” es ya una de las obras nominadas a mejor cortometraje de ficción en los Premios Goya. Todavía no sabemos si la producción se hará con este importante premio, pero deseamos que su impacto siga creciendo. Quizás algún día eso que llamamos ficción lo sea de veras y no se base en casos tan reales.
