Operarse. Querer mejorar alguna parte de tu cuerpo que no te gusta. Buscar una mejor versión de ti.

¿Por qué, siendo estos conceptos súper bodypositive, sigue habiendo aún cierto tabú y estigmas en lo que a «retocarse» se refiere?

 

Estoy metida en ese mundillo desde hace muchos años. Trabajo con un cirujano plástico y, además, soy usuaria. Me he operado la nariz, me pongo bótox cada 6 meses y ahora me he animado a ponerme labios.

Imagino que tu subconsciente se ha disparado y automáticamente has pensado en los famosos labios de esa modelo de los años 90. Y no, déjame decirte que la medicina estética ha evolucionado y se ha refinado.

Me hace gracia cuando alguna amiga – tóxica, sí, lo sé- me dice que estoy guapa con mi ( naríz, boca, tetas… whatever) nueva, pero que ella es REAL.

Eh, y yo que soy…  ¿de mentira?

 

Como si el hecho de haberme retocado me haga menos bonita, menos natural o menos real. Todos nos corregimos y blanqueamos los dientes y no por eso nuestra sonrisa vale menos.

Una sonrisa es una sonrisa, con o sin aparatos correctores. Al igual que una teta es una teta con o sin silicona.

Que me haya operado no significa que no me guste. Es  más, me atrevería a decir que significa justo lo contrario. Significa que me gusta verme bien. Dejemos ya de una vez por todas de atacarnos/cuestionarnos por nuestro físico.

Cuando me decidí a operar de rinoplastia – añado: la mejor decisión de mi vida- mucha, demasiada gente de mí alrededor me dijo la manida frase:

  • “¡pero si tu nariz te da mucha personalidad!” (Léase con tono de rintintín)

Oye, pues no: mi personalidad me la da mi carácter, la seguridad en mi misma (que aumentó al operarme), mis vivencias, mi familia, y un sinfín de cosas más, pero no la nariz. Igual que tampoco me la da el dedo gordo del pie derecho.

Juzgamos. Y no importa si es por flaca, por gorda o por operada. Al final, parece que las mujeres estamos destinadas a recibir opinión y crítica de nuestro cuerpo o las decisiones que tomemos sobre él. Y, casi nunca, sin pedirla.

¿Belleza natural? ¿No será simplemente sentirte bien contigo misma?

Estoy convencidísima que eso tendría que ser lo natural. Y da igual si has pasado por un quirófano, un dentista o por una decoloración para tener el arcoíris en tu cabeza. ¿Qué más da?

Porque si de una cosa estoy 100% segura es que la belleza natural reside en sentirse bien contigo misma.