La liberación sexual es una de las mejores cosas que nos ha podido pasar a todos, pero concretamente a nosotras. Cada vez nos animamos más a tomar las riendas, a no dejar que nadie decida por nosotras, reclamamos nuestro placer y nuestro orgasmo a los cuatro vientos, y es como debe ser.

 

Pero sí es cierto, que en ocasiones pasa que, cuando una parte ha estado más reprimida que la otra, esta se sobresale con toda la fuerza habida y por haber, y en ocasiones nos pasamos a un extremo que sin darnos cuenta nos perjudica más que nos favorece.

Porque no debemos confundir en ocasiones los términos, ya que aquí el “todo vale” no lo aplicaría ni de cerca a la hora de elegir pareja sexual (ya ni te cuento si se tratara de algo sentimental), ya que por muy perraca que estés y por mucho tiempo que lleves sin mojar, amiga mía te diré, en este caso es mucho mejor la calidad que la cantidad.

El ser humano tiene instintos, y aquí estamos todos de acuerdo, pero a diferencia de los animales, sabemos gestionarnos (unos mejor que otros). Por tanto, cuando tu chichi te pida marcha, y alrededor solo haya capullos, plantéate, ¿me va a merecer la pena?

Ya no solo te hablo de que el polvo pueda ser más o menos decepcionante, si no que no olvidemos que estamos entregando una parte de nuestra intimidad que a su vez va muy ligada a nuestra autoestima, por lo que no cualquiera se merece tal privilegio.

Pensaréis que soy una exagerada: ‘yo tengo una autoestima divina de la muerte a prueba de balas y me follo a quien quiero y no me afecta’, y en este caso te diré que genial por ti, pero en otras muchas ocasiones esto no se da así y todas lo sabemos.

Existen momentos de nuestra vida en que nuestra autoestima puede estar más tocada o no tan trabajada, y es aquí cuando debemos tener especial cuidado a la hora de escoger parejas sexuales (para las sentimentales también pero hoy me estoy centrando mas en esta parte) ya que sin darnos cuenta puede dañárnosla todavía más.

A todas nos ha pasado, que has quedado con fulanito de tal que te ha prometido el cielo y un poco más, y bien es sabido eso de: todo es prometer hasta meter, que si me apuras me parece hasta bien ya que no tenías intención de más, pero después de ese polvo que en muchas ocasiones es más bien mediocre, se comporta como un capullo.

Y eh no estoy diciendo que te tenga que tratar como una princesa solo por el hecho de haberse acostado contigo, pero sí es cierto, que igual que tú eres honesta con él y hayas aclarado que solo quieres sexo, eso no hace que después de eso te trate de una forma diferente.

Por eso, si quieres dedicarte a la vida del folleteo empedernido, que puede ser más que maravilloso, no pierdas de vista estos consejos para elegir bien:

  • Es importante tener algo de confianza, y esto en muchas ocasiones con un tío que solo has hablado media hora es bastante difícil. La confianza es una de las claves del buen sexo, puedes desinhibirte mucho más y mejor y estarás mas cómoda. Al igual que te ayudará a pedir sin tanto reparo lo que más te apetece en cada momento. No hace falta que lo conozcas desde hace meses, pero si un poquito de confi.
  • Que haya deseo sexual, y diréis, bueno esto parece claro ¿No?, pues muchas veces sin darnos cuenta acabamos con personas que no nos terminan de poner, y pensamos para nosotras mismas: bueno lo mismo después de follármelo me pone más… ¡ERROR! Si un tío no te pone cuando vais a tener algún encuentro sexual, no esperes que a mitad de este tu deseo se dispare.
  • Que el sitio en cuestión donde vayáis a estar te resulte cómodo, porque sí es verdad que no todos tenemos a disposición un piso con una cama de 2×2 para dar rienda suelta a nuestra imaginación. Los sitios incómodos, pequeños, o donde os puedan pillar, por lo general no son los ideal (evidentemente hay gente que se apaña en cualquier sitio)
  • Que el tío te trasmita seguridad, no en plan “no me va a violar” NO, no me refiero a eso. Si no que te sientas a gusto mientras estas con él, que la cosa vaya surgiendo con normalidad y no parezca algo mecánico o un poco forzado.

 

Cuanto más interiorizado tienes todos estos puntos, mejor eliges a esa persona con la que vas a compartir ese momento de intimidad y de pasión. Y aunque nada te puede asegurar orgasmos, tampoco hace falta, si en esencia te sientes cómoda con la otra persona, disfrutáis y lo pasáis bien, debería ser más que suficiente.

Debemos entender que en el mundo del sexo, cada persona lo puede vivir como prefiera, pero en ocasiones es importante hacer introspección y pararse un momento a evaluar si estamos llevando realmente la vida sexual que queremos y hemos decidido, o si por el contrario estamos teniendo una sexualidad marcada por mitos y falsas ideas.

Respetarse a una misma consiste tanto en acostarte con pocos como con los que te den la real gana, eso solo lo debes decidir tú, pero si es verdad que es importante conocer el por qué de mis decisiones y si me dañan o no.

En el caso de que me sienta bien conmigo misma, pues ancha es Castilla, pero cuando aparecen sensaciones de malestar, bajones de autoestima, tristeza, duda, etc. es momento de pararse a pensar por qué.

Por lo demás, protegerse a una misma debe ser nuestra prioridad, lo demás ¡Es cuestión de gustos!

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

correo: [email protected]     instagram: @aidavallesconsulta_