Había una época en la que ser gorda significaba vestir con lo que podías. Tiendas para tallas grandes feas y en el resto de las tiendas, pues casi lo mismo que ahora, poca variedad de tallas.En mi caso, que siempre he sido de patorras y culamen, lo de comprarme vaqueros era una misión imposible y llevar pitillos era algo cuasi impensable.

Nunca he considerado que vistiese mal, pero sentía que no terminaba de ser yo. Hasta que aprendí a comprar online y a buscarme la vida. Y sobre todo, a ponerme cosas que me quedasen bien, no limitarme a que me entrasen. Vamos, básicamente dejé de intentar entrar en la ropa de Zara.

Esa época sin opciones ya no existe ahora, aunque nuestras posibilidades son más limitadas que las de  la gente que anda entre la 36 y la 42, ahora hay muchas tiendas y marcas con ropa chula para nosotras. Con nuestras tallas de verdad. Por eso, seguir empeñándose en entrar en ropa que no es de nuestra talla resulta cuanto menos, absurdo.

zara2Así querían ( y quieren ) que vayamos las gordas

Volvamos a esos tiempos oscuros pre-Asos y compañía, incluso pre-Primark por todas partes. Una joven María con sus primeros sueldos, se dejaba la mitad de ellos en vestidos de Zara. Tallas L y XL de esas unicornios que había. Muchas veces iba más bien mirando directamente las tallas y cogiendo todo aquello que me pudiese entrar. Incluso los que no me terminaban de convencer. Y entonces, el terrible rato del probador. Culo que no entra, grande de arriba, pequeño de todo, brazo enmorcillado, nada, pechos apretados. Y de repente uno, que no igual no era el que más te gustaba pero bueno, te entra bien, estás cómoda y no es feo. Vale, me lo quedo.

Y este mismo proceso en otras tiendas (Mango, Springfield, Sfera, H&M divided etc). Las grandes cadenas en las que compra todo el mundo, lo que tienes al lado de casa, sobre las que hablas con tus amigas. Pero aunque iba mona -porque las cosas como son, siempre he ido mona-, sabía que podía ir mejor. Sabía que los vestidos no me gustaba que me quedasen tan cortos, sabía que las camisetas no tenían que quedar tan justas en mis brazos, ni retar a los botones de las blusas a no desabrocharse 10 veces al día. Sabía que esa cazadora que no me cerraba, me la podía poner sí, porque total la llevo abierta pero no podía decir que me quedase bien, no era MI talla. Era la máxima talla que esa tienda había decidido que una chica debe tener.

Como lo mío siempre han sido los vestidos monos y adoro las tiendas vintage,  casi sin intentarlo empecé a encontrar marcas menos conocidas por aquel entonces (tipo Cía Fantástica) y a comprar vestidos, faldas y chaquetas vintage. Y era ropa que me estaba BIEN. Llegó Asos a mi vida, perdí el miedo a comprar online, cada vez más marcas, más tiendas y, sobre todo, empecé a decir no a cosas como hombros justos o faldas que me hacían parecer una majorette con el uniforme encogido (pero que me quedaban) .

zara1Todas hemos sido Lisa

Básicamente, decidí que la que debía elegir cómo visto soy YO y nadie más. Y menos un señor que se niega a hacer tallas para todo tipo de mujeres, que decide darnos unas migajas y se supone que tenemos que aplaudirle con las orejas. Elegí buscar ropa que me guste, no ver qué hay de mi talla, aunque para eso tenga que esperar una semana al pedido, probarme en casa, devolver, equivocarme y olvidarme de compartir tardes de compras con amigas. Poco a poco, mi estilo se depuraba, mis vestiditos sixties no me apretaban, mis chaquetas de abuela fascinaban a la gente en invierno y hasta llevo pantalones y camisetas cortas, todo de mi talla. Ahora, mi yo interior sale a relucir totalmente a mi yo exterior.  Se me ve cómoda con la imagen que transmito, se me ve cómoda y feliz dentro de mi ropa. Y esto es, básicamente, el primer paso para tener estilazo.

Este camino, evidentemente, va pegadito a Weloversize, todo hay que decirlo, porque está dentro del camino de la autoaceptación y del quererse mucho. Mandar a la mierda a las presiones de la moda y de lo establecido se consigue cuando empiezas a poner tu amor propio antes que nada. Y el día que comencé a leer esta amada web y ya no os digo el día que empecé a escribir en ella, ese camino despegó cual cohete.

Así que a todas las que seguís mareando las perchas de Inditex y similares en busca que algo que os entre, os animo a atreveros a ser vosotras mismas, a ser diferentes, a buscar cosas nuevas, tiendas pequeñas, tiendas online, no os conforméis, tenéis derecho a vestiros cómo de verdad queréis hacerlo.

Foto: Target