No hay sitio en Internet donde te digan eso. No existen blogs, ni revistas, ni nadie que te diga que una vez que una mujer se queda embarazada pasa a formar parte de una secta, una sociedad secreta. Un extraño y raro club donde las mujeres que no hemos sido madres sólo podemos ver desde fuera. Con jerga, códigos y todas esas cosas exclusivas.

Mi mejor amiga se quedó embarazada. Llevaba tiempo buscándolo y me alegré tanto por ella que casi pensé que el niño era mío. Todo era genial, hasta que de repente empiezan a aparecer los primeros signos, las primeras señales.

Quedaba conmigo y con más amigas, pero te das cuenta que ya no hablan contigo de la misma manera, es como si estuvieran a otro nivel. Estás tú, y luego ellas.

Pensé que quizás mi mejor amiga se había obsesionado con esto del embarazo porque ella siempre fue un poco intensa. ¡Pero no!

Lo veo en el trabajo, mi empresa tiene una conciliación familiar excepcional y siempre suele haber unas tres o cuatro embarazadas o con lactancia. En el momento en que hay una nueva, se junta con las otras como si fuera parte de un protocolo establecido. En automático.

Las paradas para el café, juntas, para comer, juntas. Temas de conversación: Embarazo, lactancia, crianza, hijos, brico trucos y ginecólogos y obstetras.

No importa que las mujeres fueran de secciones de la empresa diferentes. Da igual que una fuera de mantenimiento y la otra de administración y que nunca hubieran hablado más allá de un “hola”. Da igual. De repente forman piña, un grupo unido. Y cuando hablan es como si estuvieran hablando de cosas secretas, planes de conquistar el mundo y cosas que los mero mortales no podemos entender. De vez en cuando se ríen con anécdotas, intercambian opiniones y se enseñan folletos o imágenes de Pinterest con cosas de bebés y embarazadas. Es como si tuvieran su microentorno.

Si, puedes hablar con ellas, y acercarte a ellas. Pero rápidamente te das cuenta de que alguien como yo, que no ha estado nunca embarazada y que no sabe mucho del tema poco puede hacer ahí. Y acaban surgiendo las frases de:

-Cosas de embarazo no lo entenderías.

O por el contrario tienes el:

-Ya lo entenderás cuando te quedes embarazada. (Este a menudo va con una sonrisa cómplice detrás que jamás entendí).

Lo peor es cuando llegas a la conversación y todas parecen hablar en código con cosas que no has oído hablar en tu vida, pero que ellas entienden y comentan y critican cómo si fuera lo más obvio del mundo. O cuando hacen un gesto y todas asienten como si se leyeran las mentes. Un gesto breve de la mano a la barriga y ya todas:

-Si, te entiendo yo estoy igual.

¿Entender el que? ¡Pero si ni siquiera has hablado y no la conoces! 

Y ya no sólo en el trabajo, mi mejor amiga y mi prima no se conocían, pero en cuanto lo hicieron. ¡¡¡BUM!!! Cómo si lo hubieran hecho de toda la vida, lo único que tienen en común es un embarazo en el segundo trimestre. Nada más. Pero aun así ya hay miraditas, trucos, y risas. 

Es una secta de embarazadas, o un club privado elitista. No sé lo que es, pero es obvio que ahí hay algo.

Para las que no sabemos lo que es estar embarazadas, cuando hablan de las hormonas y tener un bebé dentro sólo es algo que podemos imaginar. Además como algo biológico y natural sabes como funciona. Lo que nunca me imaginé es que además de las nauseas y los cambios de humor el embarazo viniera con una tarjeta de acceso VIP a ese club selecto y exclusivo.

La cuestión es que no estoy segura de querer pertenecer a él.